Reflotar el proceso es una tarea compartida
Euskal Herria ha sido escenario este fin de semana de actos ciudadanos y citas culturales multitudinarias. Sin embargo, no han sido esas muestras de solidaridad y de respaldo al proceso político el motivo de interés preferente para algunos grupos de comunicación, ansiosos de contribuir en la tarea de poner todos los obstáculos posibles al sector que objetivamente ha realizado una apuesta más firme para sacar el conflicto de las calles a la mesa de negociación.
A punto de cumplirse el segundo aniversario de la Declaración de Anoeta, nos encontramos con un escenario en el que las expectativas abiertas por el alto el fuego permanente declarado por ETA hace siete meses y medio no terminan de hacerse realidad. Es más, en el tiempo transcurrido se han producido agresiones continuas y cada vez más graves contra quienes apuestan por construir un escenario democrático en el que sea posible materializar todos los idearios con el único límite de la palabra, libremente expresada, de la ciudadanía vasca.
¿Cómo explicar que la represión, que algunos identificaban en exclusiva como la respuesta a la acción de ETA, haya tenido una presencia tan destacada en este tiempo en el que la organización armada no ha realizado atentados? La ciudadanía vasca, a la que durante años se le ha insistido en que sin atentados todo era posible, ha asistido a un sinfín de operativos policiales, destinados a impedir manifestaciones de todo tipo, detener a portavoces políticos, a asaltar sedes, a la instauración de la cadena perpetua a los presos políticos... Los tribunales ya sea la Sección 14, la Audiencia Nacional, el TSJPV... son profusamente utilizados por unos estados que no terminan de expresar con nitidez si apuestan por sacar el conflicto de las calles a la mesa de negociación o si, más bien al contrario, sus preferencias se dirigen a perpetuar un escenario de vulneración de derechos en Euskal Herria. Porque, ¿alguien puede albergar dudas de que ese viaje del conflicto violento al diálogo resolutivo no es una travesía en solitario sino que precisa de compromisos mutuos? Por mucho que atruene la batería mediática y que representantes políticos, entre ellos dirigentes jelkides, secunden lecturas sesgadas que sólo aspiran a erosionar el proceso, hay algo claro: la oportunidad sigue abierta y sería una irresponsabilidad histórica desaprovecharla. Hay que superar los graves obstáculos que bloquean el camino. Y esa es una tarea compartida. -
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