Plantean crear una red de seguros de recolocación frente a la deslocalización
La catedrática de teoría Económica de la UPV-EHU analizó en la Cámara de Comercio de Bilbo el fenómeno de la deslocalización. Entre las conclusiones destacaron que «no se puede impedir» la deslocalización en el mundo globalizado y que para hacer frente a la misma se deben «anticipar»las tendencias y mercados y avanzar en la innovación. Gallastegui fue crítica con el modelo de innovación de la CAV y adelantó que para evitar el impacto en el empleo de la marcha de empresa, sobre todo multinacionales, se tendría que crear una «red de seguros de recolocación, un fondo salarial», dijo.
BILBO
La Cámara de Comercio de Bilbo debatió en una jornada sobre «El fenómeno de la deslocalización: perspectiva económica». La catedrática en Teoría Económica de la UPV-EHU y ex consejera de Lakua, Mari Carmen Gallastegui, afirmó ante un nutrido grupo de directivos empresariales que la globalización «es positiva» para la economía y «necesaria» para algunas empresas, pero descartó que la misma tenga que llevarse adelante sólo porque la mano de obra es «más barata».
Un impulso, en ese sentido, significaría, según detalló, «contraer un riesgo elevado, porque lo que puede ser una ventaja a corto plazo, a medio plazo no lo es, lo que te obligaría a variar de forma continuada la estrategia», precisó.
Para ella, «la deslocalización atiende, precisamente, a la apertura de barreras, aunque no existe una liberalización total». Conminó a los empresarios a obtener de la misma las ventajas que tiene, pero les solicitó que cuando decidan trasladar la producción o subcontraten la misma desde otro punto del planeta tengan en cuenta todos los factores y costes, porque «puede provocar que la demanda interna» del país de origen caiga «y no nos sirva la producción que hacemos en Marruecos por ese desplazamiento que hemos provocado nosotros».
Según Gallastegui, «no se han incorporado al coste de la globalización las políticas del cambio climático, las subvenciones al transporte, etc. No se hace que los consumidores paguemos el coste social, ya que no se tiene en cuenta el medio ambiente o el coste de subvencionar las carreteras; si fuera así quizá la globalización no sería tan rentable para algunos».
La deslocalización tiene un impacto importante en las economías y en la mano de obra. En Hego Euskal Herria, más de 32.000 trabajadores dependen de decisiones de multinacionales. Según los datos de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones Laborales, en el conjunto de la Unión Europea se ha anunciado en el último año el cierre de 105 centros de trabajo para trasladar la producción a otros países.
Desde esa perspectiva laboral, Gallastegui reclamó una política novedosa que denominó «red de seguros de recolocación», que actuaría como un fondo salarial para garantizar que los trabajadores que se quedan sin trabajo «puedan formarse, readaptarse y encontrar nuevos empleos, incluso si tienen que desplazarse a los nuevos lugares». La catedrática señaló que en algunos países ya existen este tipo de ayudas.
A final de mes, la Unión Europea podría aprobar la entrada en funcionamiento de un fondo de 500 millones destinado a apoyar a los trabajadores afectados por las deslocalizaciones de empresas. El mismo servirá para subvencionar actividades de formación y capacitación profesional para que puedan reincorporarse al mercado laboral en un plazo breve.
En el encuentro de la Cámara de Comercio, el director general, Juan Luis Laskurain, expresó la «preocupación» que este fenómeno está causando a nivel social y económico. En ese sentido, Mari Carmen Gallastegui reconoció que son necesarias «políticas industriales activas inteligentes» para atraer la inversión del exterior, pero reclamó la necesidad de crear un «observatorio de vigilancia que anticipe el futuro para que disminuya la incertidumbre sobre los sectores».
«El sistema vasco de innovación no ha sido un éxito»
BILBO Gallastegui consideró que se debe «invertir en Educación de alta calidad», porque reconoció que la ventaja competitiva que se debe alcanzar para estar entre los mejores debe llegar por esa vía, puesto que otros países «son más intensivos en mano de obra». Sin embargo, la catedrática en Teoría Económica destacó una serie de problemas que advierte para lograr esa posición destacada a nivel económico e industrial. La más destacada es el distanciamiento de la Universidad y la empresa, porque «las políticas científicas y tecnológicas tendrían que ser acordes con esa realidad universitaria». En este sentido, se mostró crítica con la actividad innovadora y dijo que «no estoy segura de que hayamos acertado en el diseño del sistema vasco de innovación». Para ella, «no es suficiente con la investigación básica» y señaló que «algunos centros tecnológicos son más consultoras que centros tecnológicos». En ese sentido, Gallastegui afirmó que «hay que avanzar más». Añadió que es necesario «crear un Instituto Vasco de Estudios avanzados potente a nivel global. Otras zonas de nuestro alrededor lo tienen». Esa opción permitiría «contar con visión de futuro», aunque criticó que el capital riesgo que permite inversiones «es conservador», puesto que en Estados Unidos «consideran un éxito si una de cada cien empresas llega adelante con apoyo de ese capital». Todo esto permitiría, a su juicio, poder «tejer una red densa a nivel industrial que beneficie a la pyme» frente al riesgo de globalización.
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