DONOSTIA
«Cada vez es más evidente la dictadura de la Judicatura». Son palabras pronunciadas por Loren Arkotxa, presidente de Udalbiltza, tras conocer que la Audiencia Nacional española había decretado la prohibición de la Asamblea General de la institución nacional, convocada para esta mañana en el cine Usurbe de Beasain.Mediante una providencia, la Sección Primera de la Sala de lo Penal ordenó a la Ertzaintza que impidiera la reunión de electos en «cumplimiento» de una resolución dictada el año pasado por el Juzgado de Instrucción número 5.
El magistrado titular en aquel momento, Fernando Grande-Marlaska, prorrogó la suspensión de actividades de Udalbitza ordenada por el juez Baltasar Garzón en 2003. Grande-Marlaska lo hizo a instancias del fiscal Juan Moral, que defendió entonces que la institución nacional «goza de las condiciones imprescindibles para ser considerada asociación ilícita terrorista».
Sin embargo, el mismo Moral presentó ayer un informe en el que no aseguraba no ver impedimento alguno para que la Asamblea se celebrara, al estimar que la suspensión de actividades afecta exclusivamente a Udalbitzaren Elkartea, Udalbiltza Partzuergoa y Euskal Garapen eta Kohesio Fondoa, entidades calificadas de «pantallas legales» para la supuesta financiación de Udalbiltza.
El tribunal, compuesto por Manuela Fernández Prado, Nicolás Poveda Peñas y Eustasio de la Fuente, desestimó la postura de la Fiscalía y secundó la solicitud de prohibición presentada por la Asociación Dignidad y Justicia.
Este colectivo basó su demanda en la consideración de que Udalbiltza es «parte integrante del entramado etarra», atribuyéndole ser «responsable, entre otras actuaciones, de la promoción y gestión del Documento Nacional de Identidad Vasco», en referencia al EHNA.
«El derecho a organizarse»
En una comparecencia celebrada en Donostia junto a un grupo de electos de diferentes localidades, Loren Arkotxa apuntó que esta decisión de la Audiencia Nacional española supone «un ataque al derecho de EuskalHerria a organizarse, un ataque contra la única institución nacional que reúne a electos de los siete herrialdes». El presidente de Udalbiltza se preguntó si «impedir que electos municipales elegidos por la ciudadanía vasca trabajemos en favor de Euskal Herria es compatible con un proceso de paz». Pero la cuestión más relevante fue otra: «¿Por qué, tras el violento ataque de 2003, se nos prohíbe ahora lo que fue posible en 2004 en Getxo y en 2005 en Iruñea?». En ambas ocasiones, Udalbiltza celebró su Asamblea General.
Preguntado por su interpretación de esta decisión judicial, indicó que «una actuación de este tipo no entra en la lógica de la ciudadanía vasca. Este camino no ayuda, de ninguna manera, al llamado proceso de paz. Nosotros sabemos que la paz llegará a través del desarrollo de EuskalHerria, no por una u otra declaración. Pero lo que está cada vez más evidente es la dictadura de la Judicatura».
El pasado miércoles, el propio Arkotxa situaba entre los objetivos de la cita de este año dar pasos hacia la reorganización de la institución y llamaba a acudir a los electos de todas las adscripciones políticas. «Hay condiciones para superar la división y es el momento de dar pasos entre todos», indicó.
En este sentido, informaba de que se han mantenido contactos con Abertzaleen Batasuna, Aralar, Batasuna, Eusko Alkartasuna y PNV, y mostró su disposición a abrir una vía de interlocución con el resto de formaciones. Respecto a Udalbide que reúne a electos de PNV y EA, indicó que «las relaciones se han fortalecido y formalizado».
Lizarra y Bergara
Ayer, Loren Arkotxa volvió a incidir en este objetivo reunificador y recordó la importancia de los electos municipales en épocas anteriores. Citó como ejemplos la aprobación del Estatuto de Lizarra en 1932 o la labor del denominado «Grupo de Bergara» en la década de los setenta.El presidente de Udalbiltza remarcó que «la Audiencia Nacional no tiene derecho a obstaculizar el trabajo que los electos municipales hacemos en favor de la paz y de la construcción de EuskalHerria».
Por ello, aseguró que «seguiremos adelante en pro de una institución que agrupe a todos los electos municipales y siendo un agente activo en favor del proceso político».
«No negaremos que tratarán de poner obstáculos y, por ejemplo, nos imponen por la fuerza no poder llevar a cabo la Asamblea General. Pero está llegando la hora de Udalbiltza. Está llegando la hora de EuskalHerria y no lograrán tener éxito contra la voluntad de este pueblo».
