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La influyente y poderosa familia texana hizo posible en su día que Bush chico pudiera pasar en la retaguardia o en casa la guerra de Vietnam, a donde llegó ayer el ahora presidente de EEUUperseguido por los fantasmas de Irak para participar en la cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que agrupa a 21 países.

Dos tercios de los 84 millones de vietnamitas tiene menos de 30 años y, por tanto, no conoció la brutalidad de la «guerra americana», hoy poco más que un importante reclamo turístico. Treinta años después EEUU, sin embargo, libra otra guerra, igual de brutal, dando a entender que las supuestas lecciones extraídas de Vietnam fueron olvidadas o simplemente equivocadas.

A Bush le preguntaron ayer en Hanoi sobre las lecciones de la agresión a Vietnam, y respondió que «una lección es que tendemos a querer que haya resultados instantáneos, y en Irak eso va a llevar un tiempo», afirmó el presidente estadounidense, en declaraciones a la prensa tras un almuerzo con el primer ministro australiano, John Howard, un firme defensor de la ocupación de Irak.

«Va a requerir un largo tiempo el que la ideología de la esperanza, que es la ideología de la libertad, se imponga a la ideología del odio», explicó Bush, que añadió que «ganaremos a no ser que abandonemos».

Así, Bush, pese a la derrota en la elecciones de medio mandato del pasado día 7, viene a pedir más tiempo e insiste en sus planes de guerra, quizá porque tampoco los demócratas tienen realmente planes para salir del atolladero iraquí pese a sus exigencias en ese sentido.

¿Cree Bush que la retirada estadounidense de Vietnam en 1975 fue un error que 31 años después no debe repetirse en Irak? El tiempo, que Bush pide para continuar la matanza en el país árabe, no les sobra precisamente a los ocupantes estadounidenses.

En 2003 Vietnam condenó la invasión de Irak por parte de EEUU, y los editoriales de prensa acusaban al Gobierno de Bush de «olvidar las lecciones de la guerra de Vietnam». Entre otros cosas, el diario de la Policía vietnamita, el “Cong An Nhan Dan”, se preguntaba aquellos días si «los políticos americanos han olvidado los campos de batalla vietnamitas de los años 60 y 70, han olvidado los arrozales convertidos en tumbas para los agresores».

Numerosos ex combatientes vietnamitas auguraban en 2003 que el conflicto de Irak sería largo y estaría marcado por una larga guerra de guerrillas e importantes pérdidas.

Descubren el frenesí capitalista

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Cientos de empresarios han llegado a Vietnam estos días para participar en una cumbre paralela a la de los líderes de Asia-Pacífico. Vietnam, con un índice de crecimiento anual en torno a un 8% y que el pasado día 7 recibió luz verde para incorporarse a la Organización Mundial del Comercio (OMC), ya es considerado un destino «inevitable» para inversiones.

La cumbre paralela a la del APEC, finalizará mañana con un torneo de golf, cerca de Hanoi, donde la entrada costará 2.000 dólares. Los padrinos de las reuniones incluyen a la General Motors, Microsoft, FedEx, Citigroup y AIG, cuyos logotipos sobre las banderolas del APEC en Hanoi son más numerosos que los lemas del Partido Comunista.

El primer ministro de Vietnam, Nguyen Tan Dung, que cumplió ayer 57 años, prometió combatir la corrupción y reducir los problemas administrativos para facilitar la llegada de inversores.

Thomas Donohue, presidente de la Cámara de comercio de EEUU, resumía el sentir de los empresarios diciendo que «va a ser necesario contar con Vietnam».