BAGDAD
La orden de detención contra Harez al Dari, el dirigente de la Organización de Ulemas de Irak (OUI), principal institución suní, empeora un poco más las ya deterioradas relaciones entre suníes y chiíes de Irak bajo la ocupación de EEUU. La reacción suní a la orden de arrestó llegó de la mano del diputado Abdelkarim al Samarrai, que exigió hoy la dimisión del Gobierno de Nuri al Maliki.
Las autoridades títeres acusan a Al Dari, que se encuentra actualmente en Jordania en el marco de una gira que ya lo ha llevado por varios países árabes, además de a Turquía y Rusia, de
instigar a la violencia sectaria en Irak.
Al Dari rechazó las acusaciones e indicó que «el gobierno desea detenerme porque he denunciado los ataques y las masacres perpetradas por las milicias chiíes respaldadas por las autoridades». Al Dari negó como algo «absolutamente infundado» la acusación lanzada contra él por el Ministerio iraquí de Interior de incitar a la violencia.
Por su parte, Al Samarrai, durante el sermón del viernes en la mezquita mayor de Bagdad, llamó al pueblo iraquí a elegir un gobierno alternativo y describió la decisión como «el tiro de gracia contra el proyecto de reconciliación nacional» lanzado por Al Maliki.
Mercenario muerto
Entretanto, el mercenario austríaco secuestrado en la tarde del jueves fue hallado muerto junto a uno de los cuatro mercenarios estadounidenses también capturados, que apareció herido de gravedad, en un automóvil al sur de Basora, informaron fuentes policiales de dicha provincia. Otras fuentas hablan de que el mercenario muerto es estadounidense.
La televisión oficial iraquí Al Iraquiya informó de que los mercenarios occidentales y nueve iraquíes procedentes de Kuwait en la localidad de Safuan (Basora).
Horas después la Policía indicó que había hallado a dos de los mercenarios en la misma zona donde fueron asaltados.
Asimismo, ayer fueron hallados los cuerpos de catorce iraquíes y murió un soldado estadounidense.