Han pasado dos años de la Declaración de Anoeta y todo el mundo se dedica ahora a interpretar lo que en su día allí se dijo y a juzgar si la izquierda abertzale está o no cumpliendo sus compromisos.Ayer, en “El correo Español”, era Xabier Gurrutxaga quien se refería a ello y sentenciaba, en la primera línea del artículo, que «El diálogo con ETA sólo tiene sentido en términos democráticos (...) si se tiene interiorizado que lo que debe ser objeto de negociación no es la decisión sobre el cese definitivo de la violencia sino la resolución de cuestiones como la de los presos, el regreso de los miembros de ETA y las medidas que permitan la disolución efectiva de la organización». No sé yo si las cosas van por ahí...
Insiste Gurrutxaga:«La única negociación política admisible con ETA es la que se tenía que haber producido en el seno de la propia izquierda abertzale. Precisamente a esta ‘negociación ad intra’ es a la que me refiero cuando manifiesto que la pelota sigue estando en el tejado del binomio ETA-Batasuna desde hace bastantes años».
Cree Gurrutxaga que la Declaración de Anoeta obedeció a un impulso de Gerry Adams y que con la misma, «como acaba de señalar el secretario de organización del PSOE, el fin de la violencia no es el punto de llegada sino el de partida para que pueda haber diálogo. Esta es la clave». No entiendo mucho de esto, pero me parece que Gurrutxaga pone el carro por delante de los bueyes y así... ya se sabe.
Se explica un poquito más el columnista:«Todo el proceso de paz con ETA descansa en la verificación de la vigencia de este compromiso. Dos años después y tras casi ocho meses de tregua, hay que constatar con preocupación una involución en las posiciones oficiales de ETA y de la izquierda abertzale al otorgar a los actos de rebrote de la violencia una justificación a todas luces inadmisible, que deberían ser expresamente rechazados». Nadie parece querer mirar ahora a la inactividad de la que se jacta Zapatero. ¿Por qué será?
Y concluye el autor que «como bien decía recientemente
Patxi Zabaleta, existe en ETA, creo que también en Batasuna, un sector que
pretende sacar dividendos políticos de la negociación de la paz y para ello está
dispuesto a que actos de violencia controlados condicionen el diálogo. Mientras
eso no se resuelva habrá problemas». El discurso del ‘precio político’ ya ha
caducado, hombre. - msoroa@gara.net