La capital iraquí padece la peor oleada de atentados desde 2003
·Cinco coches bomba y varios proyectiles de mortero causan 160 muertos y 257 heridos
El primer ministro de Irak, Nuri Al Maliki, instó anoche a sus conciudadanos a mantener la calma, tras la brutal cadena de atentados contra el barrio chií de Ciudad Sadr, en Bagdad, que ha causado al menos 160 muertos y más de 250 heridos. Es la más sangrienta desde la invasión norteamericana, en marzo de 2003. En un país que recoge cien cadáveres al día, según cifras oficiales, la masacre causó un estremecimiento general. Washington permanecía en silencio.
BAGDAD
El primer ministro ofreció un diagnóstico de la situación más interesado en barrer para casa que en echar luz sobre lo ocurrido. «El horrendo crimen cometido por los baazistas (en alusión a los militantes del Partido Baaz, de Saddam Hussein) y de los takfiriyun (entre los que se halla Al Qaeda) supone un peligro para la fraternidad musulmana (entre chiíes y suníes)», afirmó Maliki, como si creyese posible que los dos sectores a los que se refería se están matando en ciudades como Ramadi pudiesen actuar juntos.
El ayatolá Ali Sistani, la máxima autoridad religiosa chií de Irak, exhortó también a la población a que se contenga. Los llamamientos a la calma iban dirigidos principalmente a la comunidad chií, que constituye casi el 60% de los 25 millones de habitantes del país ocupado.
El Ministerio de Interior decretó el toque de queda en Bagdad por tiempo indefinido a partir de las ocho de la tarde para evitar represalias por parte de los chiíes, según informó anoche la televisión oficial iraquí Al Iraquiya. Las autoridades ordenaron también el cierre del Aeropuerto Interna- cional de Bagdad, por lo que los vuelos internacionales y locales fueron suspendidos.
El ataque contra Ciudad Sadr comenzó a las tres y diez de la tarde, con la explosión de tres coches bomba, en intervalos de 15 minutos, contra los mercados Jamila y Al Hay y la plaza Al Shaidein. Aproximadamente al mismo tiempo impactaron disparos de mortero contra las plazas Al Shaidein y Mudhaffar, según indicó un portavoz de la Policía, el coronel Hasan Chalub.
Otros dos coches, que se encontraban estacionados, estallaron en el puente de Ciudad Sadr y junto a la principal oficina del clérigo chií Muqtada Al Sadr, respectivamente. Además, un sexto coche bomba fue detectado y detonado de manera controlada por la Policía iraquí. Ciudad Sadr es un barrio conocido por ser el principal bastión del Ejército del Mehdi, milicia fiel a Al Sadr. Cientos de personas han perdido ya la vida y han sufrido heridas en sus calles debido a coches bomba.
Las terribles explosiones dejaron las calles del nordeste de Bagdad llenas de un denso humo negro y cubiertas por cadáveres quemados y sangre, mientras residentes y milicianos chiíes corrían a la calle, gritando consignas contra los suníes y efectuando disparos al aire. Tras el ataque, el Ejército del Mehdi desplegó a sus efectivos por los alrededores, instalando puestos de control y cortes de carretera, para mante- ner a todos los extraños fuera de la zona. Horas después, los principales responsables del Gobierno mantuvieron una reunión de emergencia en la residencia del líder chií Abdulaziz al Hakim, a la que asistieron el presidente iraquí, Jalal Talabani (kurdo), el vicepresidente suní, Tariq al Hashimi, y el embajador estadounidense, Zalmay Jalilzad, según indicó un ayudante de Al Hakim.
Los tres responsables iraquíes aparecieron posteriormente en la televisión nacional. Al Hashimi leyó una declaración en la que llamaban a la población a la calma y a la contención e instaron a los políticos a trabajar duro para acabar con la violencia sectaria. «Pedimos una revisión de los actuales planes de seguridad del Gobierno para Bagdad para proteger mejor a los civiles inocentes», indicó en nombre de los tres.
Los ocupantes mueren en Al Anbar y matan en Bagdad
Tres soldados de EEUU murieron el miércoles en una «operación de combate» en la provincia de Al Anbar, en el oeste de Irak, según informó ayer un comunicado del mando militar de EEUU. Por otro lado, al menos cuatro personas murieron ayer por disparos de soldados estadounidenses cuando viajaban en un vehículo en el barrio chií de Ciudad Sadr. Además, un profesor de la Universidad de Tikrit fue secuestrado en Samarra. Desde la invasión, unos 600 profesores han muerto de forma violenta. -
Ataque contra el Ministerio de Salud en el norte
BAGDAD En el norte de Irak, 30 hombres armados con pistolas y morteros atacaron un edificio del Ministerio de Salud, controlados por los chiíes. Después de tres horas de enfrentamientos, durante las que intervinieron soldados iraquíes y helicópteros militares estadounidenses, los atacantes fueron expulsados. Al menos siete guardias de seguridad del edificio resultaron heridos, según explicó el teniente primero de la Policía Maitham Abdul Razaq. El canal de televisión estatal Iraqiya informó de que los «terroristas» que intentaban tomar el control del edificio atacaron con morteros al Ministerio de Salud, en el norte de la capital. Los trabajadores del Ministerio permanecieron atrapados en el edificio, aunque no se registraron víctimas. El ministro de Salud, Ali al Shemari, es un seguidor del clérigo Muqtada al Sadr. En las últimas 24 horas fueron hallados más de 30 cadáveres en diferentes áreas de Bagdad.
|