Correa pide a los ecuatorianos que vigilen el recuento de la segunda vuelta
QUITO
Los candidatos a la segunda vuelta para las elecciones presidenciales de Ecuador, el magnate bananero Alvaro Noboa y el economista izquierdista Rafael Correa realizaron sus respectivos precierres de campaña, en las dos mayores plazas electorales del país: Quito y Guayaquil. La votación tendrá lugar este domingo.Tras un espectáculo musical, los habitantes del sur de Quito y otros que llegaron del norte del país agitaron banderas amarillas y ofrecieron aplausos y vivas a Noboa, quien desde una tarima calificó a Correa como «el rey del mal» y lo acusó de «usar armas del diablo» para desprestigar su imagen. Noboa ha denunciado también una «campaña sucia» en su contra que concentra mensajes de explotación laboral en sus empresas, contratación de menores y el no cumplimiento del pago de la producción de banano a pequeños productores, entre otros temas. Como es costumbre en sus intervenciones públicas, Noboa hizo alusión a la religión. «Yo quiero, ecuatoriano, y le pido a Dios de rodillas, quiero ecuatoriano que tú tengas empleo, que tú tengas vivienda, que tú tengas salud, que tengas educación y que puedas vivir con Dios en tu corazón», dijo arrodillado.
«Que no nos roben» Por su parte, el candidato de la Alianza País, Rafael Correa, cerró su campaña en la ciudad de Guayaquil con una multitudinaria concentración donde pidió a sus seguidores que vigilen lo que ocurra durante el proceso de escrutinio. También animó a los indecisos a acudir a las urnas. «Cuiden cada voto ciudadano para que no nos roben, incluida la gente que todavía está indecisa, a los que piensan votar nulo, a los que piensan votar en blanco, no hay que dejarlos confundirse, esto no se trata de quién construye más casas», aseguró Correa.
El candidato dijo también que cuando sea el nuevo presidente, no tolerará las prácticas de los partidos políticos, y que la mujer tendrá todos los derechos que se merece por sacar adelante a sus familias. Asimismo, definió su lucha como la de David y Goliat, porque la oligarquía creyó «en vano que éramos un pueblo de mendigos, porque Guayas le ha demostrado que puede derrotar a las chequeras corruptas», dijo antes de despedirse.
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