Memoria Antidopaje ACT, vuelta a la normalidad
El resultado de los controles solicitados por la Asociación de Clubes de Traineras, tanto los de los realizados en competición como fuera de competición, no arroja ni un solo caso de dopaje. Este resultado en sí no resulta novedoso, toda vez que el pasado año, sin ir más lejos, tampoco hubo resultados que delataran el uso de substancias prohibidas. La novedad estriba en las escasas ocasiones en que se han solicitado y en todas ellas concedido autorizaciones para uso terapéutico (AUT). En total ha habido cinco peticiones, procedentes de distintos clubes. Ese es el dato verdaderamente positivo, que contrasta con las numerosas, exageradas en número, que el año pasado solicitó el club que precisamente más fuerte se mostraba en las competiciones, lo que provocaba extrañeza por suponer que la ma- yoría de sus deportistas se encontraban enfermos. Muchas más peticiones que el total de este año, y correspondientes a un solo club, lo cual provocó cuando menos un enrarecimiento del ambiente en el mundo del remo y dio qué pensar. No cabe, pues, sino felicitarse por esa normalización que se observa en cuanto a las solicitudes de AUT, y desear que las peticiones masivas queden relegadas al pasado. -
Segurtasun neurriak luxua ote?
Herenegun Etxebarrin, lanean ziharduen eraikineko hirugarren solairutik erorita hil zen 45 urteko langilea aurten lan istripuan hil den 119.a da. Bizi horiek guztiek balio berbera zuten. Drama horiek guztiek samin berdina eragiten dute. Beharbada ezinezkoa da lan istripurik bat ere ez gertatzea, edo bi, edo batek daki non dagoen muga. Baina ezin da sinetsi, ezin da onartu 119 heriotza horiek saihestezinak izatea. Azken langile horrena, hain zuzen, saihets zitekeen. Hartarako segurtasun neurriak bete behar ziren. Sare bat, babes bat baino ez. Eta kasu honetan bezala beste askotan ere, segurtasun neurrien falta edo lan prekarietatea seguruenik norbaitentzat errentagarriak gertatu dira. Baina, aurten bakarrik, 119 langilerentzat, berriz, hilgarriak. -
El «exquisito» trato de Iberia a ciertos clientes
La experiencia vivida por el ciudadano senegalés al que el personal de la compañía Iberia de Loiu impidió tomar el vuelo de regreso a su pueblo es de las que poco puede presumir cualquier empresa que se dedica a la prestación de un servicio público. A no ser que en esa empresa imperen criterios de actuación impregnados de xenofobia y prejuicios, que parecen haber inspirado a los responsables del daño hecho a un ciudadano enfermo de cáncer terminal que sólo pretendía viajar a su país para morir en su lugar natal. Afortunadamente hubo una compañía aérea, la belga Brussels Airlines, que le permitió cumplir su sueño, actuando con eficacia y sin prejuicios, como es exigible a toda empresa que esté desempeñando un servicio público. -
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