Enrique de CASTRO | Coordinadora de Barrios de Madrid
«El pobre es rentable a la sociedad del bienestar»
El salón de actos de la Facultad de Ingeniería de Gasteiz se quedó pequeño para escuchar la conferencia del integrante de la Coordinadora de Barrios de Madrid Enrique de Castro. Subraya que un menor internado en un centro «da de comer» a muchas personas . Sin duda, fue uno de los ponentes que más expectación levantó ayer entre los asistentes a estas jornadas, dad su experiencia y lucha en este campo de los menores.
¿Qué ocurre exactamente en los centros de internamiento de menores?
Las situaciones que denunciábamos ahora están recogidas en el reglamento aprobado por el Congreso los Diputados. Por poner un ejemplo, cuando denunciamos a la Fundación de Agrama por torturas en un centro de Guadarrama, el juez concluyó que éstas habían existido. Pero como no son funcionarios públicos, la fundación está contratada por la Comunidad de Madrid, lo pasó a faltas. Recurrimos la decisión a la Audiencia y en 2005 se aprobó el reglamento.
¿Han hecho ustedes algo en contra?
Hemos presentamos un recurso de inconstitucionalidad contra el reglamento, pero el Tribunal Supremo lo desestimó. Vamos a ver ahora si recurrimos a Estrasburgo. El Estado está contraviniendo las leyes internacionales de defensa de los menores, y esto tiene que salir por algún lado.
¿Qué es lo que autoriza dicho reglamento?
Se les puede atar, esposar, encerrar o aislar. Aparte, en los centros de menores se están dando fármacos sicotrópicos de forma masiva, a los llamados interactivos en gotas, para no ser descubiertos. Pero son medicamentos que tienen efectos como la rigidez de nuca o tragarse la nuca. Esto nos lo han dicho educadores.
¿Qué pasa con los inmigrantes menores?
Que los están expulsando, vulnerando derechos fundamentales. Los expulsan de noche, sin notificárselo previamente. Un mayor inmigrante expulsado puede recurrir. Un menor coge el móvil para llamar a su abogado, y se lo quitan. No hay opción, es expulsado.
¿Qué tienen en común los internados en estos centros especiales?
Son hijos de familias pobres. La venta de seguridad ciudadana por parte del Estado, es la seguridad para la sociedad del bienestar, a costa de los chavales pobres. Hay un totalitarismo muy fuerte. El Estado ha asumido que él es el padre de estas criaturas, de tal manera que hasta los padres tienen miedo. Hay una dejación de funciones. Todo esto está posibilitando que las familias, cada vez, queden más debilitadas y que el niño crezca con mucha inseguridad, porque su padre ya no es defensor. Cuando es inseguro, es normal que se defienda, y puede ser agresivo, por su miedo.
¿Qué hay de cierto detrás de las políticas educativas?
No hay una política educativa, son de contención y exclusión. Es prácticamente imposible que pueda haber educación en los centros de reclusión. No se puede educar si no es en libertad. El estimular a un chaval sólo se puede dar a través del trato personal. Incluso los valores éticos sólo pueden aparecer si funciona el afecto.
¿Qué se esconde detrás de un centro de estas características?
Hoy la pobreza es un proyecto de consumo. El pobre es rentable a la sociedad del bienestar. Cualquier chaval que es atendido por el Estado pasa por 15 ó 10 manos. Esta cantidad de gente está comiendo de un chaval pobre. Un niño cuesta entre 270 y 510 euros al día. Es muy peligrosa la unión de todos estos conceptos. -
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