Dura y compleja situación en Irak
Alas pocas horas de la comparecencia del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y del primer ministro británico, Tony Blair, en la que declararon su compromiso con la búsqueda de un nuevo enfoque para Irak, un bombardeo estadounidense provocaba una masacre en la aldea iraquí de Al Jazeera. Cabe esperar que lo ocurrido ayer no forme parte de la dinámica que ese nuevo enfoque imprima a la actuación de los ocupantes. Sean cuales sean los pasos que éstos den hacia la necesaria retirada de aquel territorio, resulta penoso que el hecho de intentar aparentar una errónea dignidad alargue el conflicto en los términos actuales, que el coste de esa actitud sean más vidas, tanto iraquíes como estadounidenses. Como muestra de la complejidad de la situación en Irak, el Partido Democrático del Kurdistán (PDK), por boca del presidente kurdo Masud Barazani, se ha posicionado en contra del informe del Grupo de Estudio sobre Irak, dirigido por el ex secretario de Estado James Baker y el ex congresista Lee Hamilton, presentado hace dos días. Barazani tacha el informe de «no realista e inapropiado» y resalta que no están obligados a cumplir las recomendaciones del mismo. En concreto, y principalmente, discrepa con dos puntos de llamado informe Baker. Uno de ellos es el que propone posponer el referéndum sobre la codiciada ciudad de Kirkuk, codiciada por el petróleo que alberga y reclamada como capital del Kurdistán. Es previsible el resultado de ese referéndum, contemplado en la Constiltución, toda vez que los habitantes Kurdos de la ciudad suponen un 60% de la población. Estados Unidos, al respecto, parece querer retrasar los acontecimientos con el fin de evitar crearse más problemas. Y el otro punto con el que se muestra disconforme el PDK es el que recomienda la negociación con Siria e Irán. El hecho de que esos dos estados también tengan minorías kurdas y una actitud cerrada a las reivindicaciones nacionales de las mismas, hace comprensible el recelo del PDK. La foto del Kurdistán es la de un pueblo reprimido, en ocasiones masacrado y otras veces utilizado, ya sea como punta de lanza en empresas contra estados vecinos, ya como disculpa y apoyo en operaciones que, como la invasión de Irak, no tenían como objetivo precisamente satisfacer las demandas ni de kurdos ni de ningún otro pueblo.
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