Cincuentones
La gala de celebración del cincuenta aniversario de las primeras emisiones de TVE, nos dejó con una amarga sensación. No cabe duda que el electrodoméstico esencial, su programación, su incidencia, han sido fundamentales para la vida social, para el desarrollo personal de todos cuantos han ido junto a ella durante estos años, primero cuando era la única, después cuando le salió una hermana pequeña, “UHF”, ahora conocida como La 2, después tuvo que crecer junto a una competencia generalista amplia, las autonómicas, y así sucesivamente hasta hoy. Pero hoy la vida es otra cosa que hace cincuenta años, y el mapa audiovisual es imponentemente mucho más complejo y difícil.La gala fue una gala. Sin novedad al respecto. Las galas no tienen casi posibilidades de inventiva ni imaginación. En esta ocasión ni el escenario, ni las actuaciones, ni los vídeos consiguieron pasar de la nostalgia y del mal asunto que tiene intentar el humor y no lograrlo. De volver a los tópicos, de recurrir a un esquema tan clásico como aburrido, del enfrentamiento de iconos pasados con los presentes, con una españolísima Anne Igartiburu como gran estrella, y una presencia muy aplaudida por la concurrencia: Chicho Ibáñez Serrador, convaleciente de un accidente, sentado en un sofá, coqueto, no quiso aparecer en silla de ruedas, ocurrente como siempre, una auténtica figura de la historia de TVE, creador de programas y concursos que han alimentado durante años a muchos telespectadores. Junto a él, otros muchos han ido formando a muchos otros profesionales y han convencido a millones de telespectadores. Celebrar los cincuenta años de existencia a la vez que despide a todos los trabajadores mayores de cincuenta años es una contradicción asfixiante. Insufrible en cuanto tiene de obligación trágica. Los que se van forman parte del activo más importante del ente, pero los actuales directivos prefieren números fríos para acabar desapareciendo a medio plazo, para hacerla inviable, que utilizar la experiencia y la sabiduría. RTVE tras la remodelación es un juguete roto. Una empresa descapitalizada y un ente en estado demente, sufriendo terapia dura. La de los cincuentones. -
|