Qué piensan sobre el momento actual proceso las organizaciones políticas juveniles? ¿Están hablando entre ellas? ¿Se limitan a seguir la estela de los partidos? ¿Qué futuro auguran? ¿Cuáles son sus objetivos? Para responder a estas cuestiones, GARA se puso en contacto con cuatro colectivos: Euzko Gaztedi (PNV), Segi (izquierda abertzale), Gazte Abertzaleak (EA) y Juventudes Socialistas de Euzkadi (PSE).

Ekain Rico, secretario general de las JSE, declinó «por ahora» realizar una entrevista y se remitió al contenido de una extensa rueda de prensa ofrecida hace algunas semanas.

Una de las posibilidades de las que se habla es la elaboración de un manifiesto conjunto para impulsar el proceso. Ibon Usandizaga comenta que «estamos en una fase muy inicial. Ya es suficiente con empezar a conocernos y a saber qué plantea el otro».

El portavoz de Segi explica que, tras el alto el fuego de ETA, su organización planteó redactar un documento conjunto. «No obtuvimos respuesta. Hace cerca de un mes, GA nos planteó la misma iniciativa. Nos sorprendió, pero les dijimos que lo veíamos bien. GA nos comentó que igual las JSE no querrían hablar con nosotros, y se ofreció a hacer de intermediario. Les dijimos que no estábamos de acuerdo, que si queríamos hacer algo entre todos nos teníamos que sentar todos juntos. GA se comprometió a hablar con las JSE».

Este puede ser uno de los motivos de la comparecencia de las juventudes del PSE, en la que Ekain Rico anunció la intención de mantener «encuentros con todos los grupos juveniles» con el objetivo de «poner las bases para alcanzar un punto de encuentro amplio, democrático y conciliador que aúne a la representación de la juventud vasca».

Aunque alguna agencia de información indicaba que Rico había vetado expresamente una reunión con Segi, desde la oficina de prensa de las JSE explicaron a este diario que conside- ran que esta interpretación no es correcta. «Rico fue preguntado y no dijo ni que sí ni que no», especificaron.

Sobre estas reuniones, Jon Ganbra comenta que EGI no tiene información, pero que vería de manera «positiva» esa posibilidad. Segi comparte este punto de vista, pero critica que se les reclame «estar dentro de la legalidad» cuando «fueron el PSOE y el PP quienes nos ilegalizaron. La solución está por tanto en sus manos».

El núcleo del debate

¿Y qué espera cada uno de este proceso? El secretario general de las JSE indica que «el objeto del proceso de paz es reconciliar a la sociedad vasca y que se integre en el sistema democrático a todo un sector de esta sociedad que hasta ahora había permanecido al margen. No se puede confundir la paz con la amnesia y con el silencio, ni olvidar lo que ha sucedido ni por qué ha sucedido».

En cuanto al carril político, defiende que «corresponde en última instancia a los ciudadanos vascos decidir la aceptación o no del nuevo marco que decidamos entre todos, decisión libre y clara que debe ser tomada respetando las reglas del Estado de derecho aceptadas por la ciudadanía vasca libre y democráticamente».

Para Ibon Usandizaga, el núcleo del proceso está en «el reconocimiento de los derechos de Euskal Herria, de su derecho a decidir qué quiere ser. La territorialidad y la autodeterminación son cuestiones que ponemos sobre la mesa. Nuestro objetivo siempre ha sido la independencia, pero es el pueblo el que ha de decidir».

Una línea similar a la que defiende Segi. «Necesitamos un marco democrático en el que todos los proyectos se puedan proponer y debatir. Luego que salga lo que tenga que salir, pero por lo menos en las mismas condiciones para todos. Se debe reconocer a EuskalHerria, y toda su ciudadanía tiene derecho a participar. Y que el resultado sea respetado por todos. Y si no se ajusta a la Constitución española, hace falta un compromiso para modificarla. No estamos tratando de imponer nuestro propio proyecto, sino tra- tando de dibujar un nuevo escenario con unos mínimos democráticos», explican los jóvenes de la izquierda abertzale.

Como ejemplo de la actual situación cita «la ‘batalla’ que están formando respecto a Nafarroa, manipulando la posición de la izquierda abertzale y diciendo que no respetamos la decisión de la ciudadanía navarra. Nosotros tenemos claro que respetaremos lo que diga la ciudadanía de Nafarroa, nos guste o no. Pero tenemos claro que, como parte de EuskalHerria, debe de ser preguntada».

¿C?ómo ve cada organización la marcha del proceso? Jon Ganbra (EGI-Gipuzkoa) apunta que «según se puede ver en los medios, está algo paralizado». No obstante, muestra su confianza en que los partidos «estén trabajando en silencio, que vayan acercando unas posturas que en principio pueden ser contrapuestas».

«Ya sabíamos que no sería fácil, que estaría lleno de dificultades. Vemos que la ultraderecha está utilizando todas las herramientas a su alcance: el Poder Judicial, los medios de comunicaciónŠ», indica Ibon Usandizaga, secretario general de Gazte Abertzaleak (GA).

Subraya, en cualquier caso, que «esto hay que contemplarlo en su globalidad», ya que «mucha gente ha estado trabajando para llegar a esta fase y la apuesta merece la pena». A su juicio, el PSOE «debería tener más audacia», y tanto esta formación como la izquierda abertzale «deberían hacer un esfuerzo para pasar a una nueva fase, a una mesa de negociación que debata sobre un nuevo marco jurídico-político».

Por su parte, el representante de Segi considera que «el Gobierno español y el PNV están poniendo en la mesa continuamente el debate sobre la violencia» con el objetivo de «debilitar a la izquierda abertzale de cara a los comicios electorales». Recuerda que «llevamos cuarenta años haciendo interpretaciones diferentes» sobre la violencia. «Si se ha puesto en marcha un proceso, ese debate debería estar superado y, en vez de buscar responsables, lo que deberíamos es buscar soluciones», apostilla.

Ganbra pide no obstante a Segi que «no ponga nuevos obstáculos» ­aludiendo a la kale borroka­ porque «para eso ya están los del PP, que no creen en el proceso».

«Sin intereses partidistas»

En una línea similar, Ekain Rico insta a Segi a «intentar cambiar las cosas exclusivamente desde la política», porque «en democracia toda posición política es defendible si la vía es la palabra y el respeto a las reglas del Estado de Derecho». El líder de las JSE reclama asimismo a los partidos que «dejen al margen sus propios intereses partidistas, en pos de una paz y una libertad que todos deseamos», y añade que es competencia de las formaciones políticas impulsar «un diálogo incluyente en ausencia de violencia y con quien quiera hacer política desde la legalidad».

Respecto al papel de las propias organizaciones juveniles, Usandizaga destaca que «hemos de ser agentes activos, tanto en la pacificación como en la normalización. No podemos estar mirando desde fuera».

El representante de GA comenta que «siempre hemos mantenido relaciones, pero ahora se están concretando más. Llevamos tiempo hablando con todos excepto con Nuevas Generaciones, porque su respuesta es siempre negativa, con una actitud muy destructiva».

El portavoz de EGI destaca el papel que puede jugar EuskalHerriko Gazteriaren Kontseilua (EHGK). «Es un ámbito en el que mantenemos una relación cotidiana con personas de Segi, Gazte Abertzaleak y otros colectivos, incluso no abertzales. Ahí realizamos un trabajo en común sobre cosas que preocupan a los jóvenes. Es un proyecto muy interesante que se irá consolidando poco a poco». -

DONOSTIA