La maratoniana jornada de pronunciamientos y contactos a cargo de representantes y agentes políticos que vivimos ayer da cuenta de la importancia del momento presente. Buena parte de los protagonistas del proceso político dejaron su impronta a lo largo de un día que si algo puso de manifiesto es que, mientras se despejan las principales incógnitas sobre la que algunos bautizan, no sin cierta dosis de ambigüedad, como la «nueva etapa», el eje del debate sigue centrado en dos pilares fundamentales: la búsqueda de la paz y la resolución del conflicto político.

Con ese primer pilar como clave prioritaria, el titular de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, se reunió con las distintas formaciones con representación en el Congreso de los Diputados. El ministro trata con la dinámica de contactos sumar apoyos para su presidente, cara a que José Luis Rodríguez Zapatero cuente con colchón suficiente frente al PP a la hora de explicarse sobre el atentado del 30 de diciembre, cuya responsabilidad asume ETA en el comunicado que hoy publica GARA.

Poco o nada han dejado entrever esas reuniones sobre los planes futuros del Gobierno español y, aunque, de momento, sea el discurso de «cierre de persiana» el que se traslade a los medios, serán los hechos los que ayuden a retratar hasta qué punto, tanto el Ejecutivo de Madrid como el resto de agentes implicados en el proceso están dispuestos o renuncian a acometer el esfuerzo de, aprovechando el camino ya recorrido, dar pasos más decididos hacia la solución del conflicto mediante el único método que da garantías: el diálogo multilateral.

Conforme avanzan los días, se hace más patente si cabe que, antes o después, habrá que empezar si no a finiquitar, sí al menos a situar en un segundo plano los discursos de dirección única, basados en la atribución de la responsabilidad absoluta al otro, para ir dando pasos que sumen a la búsqueda del compromiso multilateral. Sin pretender imponer vetos, sin invitar a nadie a «quedarse en su casa».

Es pronto para valorar el recorrido de los pronunciamientos hechos por la izquierda abertzale en las últimas horas, primero por la comisión negociadora de Batasuna y ayer por ETA con el anuncio en que se reafirma en los objetivos de su declaración del 22-M. Ambas aportaciones tienen potencial para seguir avanzando. Sin embargo, hacer ese camino no depende sólo de la izquierda abertzale, y requiere de la voluntad y del compromiso de todos. -