Las reacciones a la declaración de Otegi en relación al proceso que el Gobierno español ha dado por liquidado fueron ayer las previsibles en la prensa española. En la de la derecha y también en la más próxima a ZP. Y en la prensa vasca de la derechona, también.Hay, sin embargo, otro espacio periodístico, el que da cobertura al jelkidismo, que mostró ayer con toda su crudeza cómo se puede buscar satisfacer a públicos bien diferentes desde una misma posición política: haciendo dos discursos contradictorios. El editorial de “Deia” y el de las cabeceras en Nafarroa, Araba y Gipuzkoa de “Diario de Noticias”, medios afines y hasta consorciados, mostraban esa habilidad para grabar dos caras en una misma moneda.
Hablaba el de “Deia” de la comparecencia de Otegi y sentenciaba que «se trata de un paso necesario, aunque aún no suficiente por parte de la izquierda abertzale».
Explicaba así que «el atentado del día 30, con el resultado de dos muertos rompió el alto el fuego y ha dinamitado el proceso de paz y el diálogo político. Recomponer esos ‘compromisos’ de los que habla Otegi costará mucho tiempo y ahí es fundamental la actitud de ETA y de Batasuna. La izquierda abertzale sigue sin desmarcarse claramente de ETA, y ni siquiera se plantea la condena, reprobación o rechazo de sus acciones. Pero al menos, con un lenguaje renovado y menos agresivo, le pide que no cometa más atentados. Un paso. Pero es imprescindible que haya muchos más».
Comparen ahora el tono y el mensaje con el de sus
compadres de “Diario de Noticias”. En este medio pasaban de la crítica al
repudio. Y es que, decía, Otegi pidió la recomposición del proceso «como si no
hubiera ocurrido nada. Como si a los dos inmigrantes les hubiera arrebatado la
vida un rayo (...) como si todo hubiera sido un mal sueño. Pero no ha sido así.
Ha ocurrido, y mucho, aunque a Otegi se le hubiera olvidado ayer hacer
referencia al horror y la muerte con que ETA dinamitó ese alto el fuego cuya
continuidad imploran porque en ello les va su propia supervivencia política. Ha
ocurrido, y mucho. Demasiado como para pedir a la sociedad un nuevo acto de fe.
Demasiado como para reanudar un proceso en el que Batasuna no cedió ni un ápice
(...) Demasiado como para seguir echándole un pulso al Estado de igual a igual.
Demasiado como para seguir apelando a las reivindicaciones de la mayoría de los
vascos». ¿Comprenden el juego? - msoroa@gara.net