El FSLN vuelve al Gobierno
Daniel ortega reasume hoy la presidencia de nicaragua, dieciseis años despues de su primera derrota en las urnas, con el reto de erradicar el desempleo, la pobreza y el analfabetismo y hacer frente a los problemas del sistema de salud y al deficit de vivienda.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) volverá a tomar hoy las riendas del Gobierno de Nicaragua, dieciséis años después de su primera derrota en las urnas, tras once años al frente del país. Su candidato, el que fuera comandante sandinista Daniel Ortega, asumirá la Presidencia del Ejecutivo tras vencer en las elecciones del 5 de noviembre, con el 38% de los votos. La difícil situación social y económica del país será el principal reto al que se enfrente como presidente de Nicaragua, donde el 47% de la población vive en condiciones de pobreza y el 17%, de extrema pobreza.Daniel Ortega despertó grandes expectativas durante la campaña electoral con sus promesas de reducir a cero el desempleo, el analfabetismo (40%), la pobreza y los problemas en el sector de la salud, así como el déficit de 400.000 viviendas. Además, afirmó que su Gobierno pondrá fin al problema de la crisis energética y de infraestructuras. Desde principios de 2006, Nicaragua sufre apagones eléctricos, que se agudizaron en agosto, y también interrupciones en el servicio de agua potable. Las estadísticas indican que el 47% de la población rural no tiene acceso al agua potable, mientras que el 53% carece de energía eléctrica. Además, la tasa de mortalidad derivada de la maternidad es de 150 por cada 100.000 nacimientos, mientras que el 27% de la niñez padece desnutrición y en 58 de los 153 municipios hay poblemas de desnutrición grave o extrema. En educación, 800.000 niños se quedan al año fuera de las aulas. Nicaragua tiene 5.142.098 habitantes y su tasa de crecimiento es del 1,7%, según el último censo electoral, y los datos oficiales de noviembre de 2005 sitúan el índice de desempleo era del 5,6%, aunque la tasa de subempleo se eleva al 49%. El crecimiento económico registrado en 2006 fue del 3,7%
y el presupuesto nacional para 2007 asciende a más de 1.152 millones de euros,
por lo que los analistas se preguntan con qué recursos contará Ortega para
mejorar el panorama social y económico del país.
Cooperación internacional
El Gobierno saliente señaló que la cooperación internacional se mantendrá con flujos de entre 307 y 345 millones anuales hasta 2009. Sin embargo, parte de esa ayuda exterior depende de que Ortega logre firmar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que el anterior finalizó el 12 de diciembre pasado.Fuentes sandinistas dijeron, no obstante, que Ortega contará con la cooperación del presidente venezolano, Hugo Chávez, para luchar contra la crisis energética, el déficit de viviendas y los problemas sanitarios. Este es el panorama con el que Daniel Ortega reasume el poder en Nicaragua en lo que supone una nueva oportunidad para el FSLN, que ya gobernó el país entre 1979 y 1990 tras el triunfo de la revolución sandinista. La guerrilladerrocó el 19 de julio de 1979 al dictador Anastasio Somoza Debayle y hasta 1984 Daniel Ortega coordinó la junta de Gobierno. Desde 1985 presidió el país, hasta su derrota en las elecciones de 1990, en las que venció Violeta Chamorro, dando paso a dieciséis años de gobiernos liberales. A ella le sucedieron Arnoldo Alemán, condenado a veinte años de cárcel por corrupción, y Enrique Bolaños. Tras hacerse con el poder, el sandinismo sumergió a Nicaragua en una vorágine de cambios sociales, económicos, políticos y culturales, que lograron resultados asombrosos. Sin embargo, la guerra impuesta por EEUU, que entre 1981 y 1989 destinó miles de millones de dólares a acabar con los movimientos revolucionarios latinoamericanos y, especialmente, con la revolución sandinista, mediante la financiación de la «contra». En 1989, la economía y el país estaban en ruinas y el FSLN salpicado por la corrupción. Ahora, el Gobierno de EEUU ha aceptado la victoria en las urnas del FSLN y Daniel Ortega podrá gobernar el país sin destinar, como entonces, todos los recursos del Estado a la guerra. A partir de hoy, tendrá la oportunidad de demostrar a los nicaragüenses, sobre todo a quienes desconfían del FSLN, que el sandinismo puede estar a la altura de las necesidades de su pueblo y de la responsabilidad que exige gobernar el país. En esta ocasión, el FSLNha sido capaz de superar todos los intentos de los estadounidenses de impedir su victoria electoral y la división en el seno del sandinismo con la irrupción en las elecciones del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), en cuyas filas están destacadas figuras de la revolución. En su estrategia, el FSLNse reconcilió con la iglesia
católica y su enemigo el cardenal Miguel Obando, integró a formaciones de centro bajo el lema electoral de «unidad, paz y reconciliación», designó candidato a vicepresidente a un responsable de la «contra», Jaime Morales Carazo, cambió el rojinegro de su bandera por el rosado y eliminó de su himno las referencia al «yanqui» como «enemigo de la humanidad». Alianza
Mientras, en los últimos años, Daniel Ortega ha tejido una alianza más o menos secreta con el ex presidente Arnoldo Alemán, fruto de la cual han llegado a controlar todos los poderes políticos del país mediante sucesivas reformas constitucionales. En el ámbito interno, sectores sociales nicas han recomendado al líder del FSLN que abandone esta alianza y busque un acuerdo de gobernabilidad con las fuerzas emergentes que representan los liberales y sandinistas disidentes, en aras a lograr una mayor legitimidad social. Respecto al ámbito internacional, lo ideal, según los analistas, sería que Ortega no comprometa a Nicaragua con ningún bloque, ya que consideran que si se suma al «movimiento» de confrontación con EEUU que representan Cuba, Venezuela y Bolivia, «estará escribiendo la misma historia que en los 80». En Centroamérica existe el temor de que retorne a su discurso anti-imperialista y combativo, de que «el Ortega pragmático, que ha venido predominando, sea sustituido, una vez en el poder, por el Ortega ideológico, y que éste lleve a una asociación más estrecha con la línea de la izquierda radical que encabeza Chávez». Pero Daniel Ortega ratificó este fin de semana su decisión de establecer un Gobierno de unidad nacional que «garantice paz, reconciliación y generación de empleo». -
|