La UE estudia recurrir a las reservas de petróleo
La Comisión Europea ha convocado para mañana una reunión del grupo de suministro de petróleo, en el que están representados los 27 estados miembros, para analizar el efecto de la interrupción del suministro de crudo ruso y considerar posibles medidas en caso de escasez, como el recurso a las reservas estratégicas. Rusia podría recortar su producción ante la falta de capacidad de refinar el crudo que no llega a la UE. Bruselas criticó a Moscú y Minsk por la falta de comunicación sobre la interrupción del suministro.
BRUSELAS
El portavoz de Energía de la Comisión Europea, Ferrán Tarradellas, confirmó ayer que el corte del suministro de petróleo que llega a través de territorio bielorruso afecta a Alemania, Polonia, Eslovaquia, Hungría y la República Checa. Expertos de los 27 estados miembros de la UE evaluarán mañana la situación exacta de las reservas en las refinerías europeas y las alternativas de aprovisionamiento, así como la posibilidad de recurrir a las reservas estratégicas. El portavoz señaló que la Comisión mantiene contactos con las autoridades rusas y bielorrusas para aclarar lo sucedido, pero recalcó que «en ningún caso está mediando» en una cuestión bilateral que deben resolver las dos partes. Bruselas está considerando invitar a la reunión de mañana a representantes de Rusia y Bielorrusia para que ofrezcan sus explicaciones a los estados miembros. Bielorrusia anunció el lunes la paralización del bombeo del petróleo ruso por el oleoducto de Druzhba con destino a Polonia, Alemania y Ucrania, en medio de la disputa que mantienen ambos países por la subida del precio del crudo y la imposición por parte de Minsk de tasas por el uso del oleoducto. El comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, ha trasladado a esos dos países que resulta «inaceptable» que un suministrador no informe sobre un problema de este tipo y les ha pedido también que pongan fin a la situación y tomen las medidas adecuadas para que no se repita en el futuro.
Información insuficiente Según Tarradellas, la información recabada hasta ahora por Bruselas «no es lo suficientemente clara» para determinar las causas de los cortes.
A principios del año pasado Moscú ya interrumpió el bombeo de gas a través de Ucrania por otro desacuerdo sobre precios. Sobre estos problemas el portavoz reconoció que estas situaciones «no son buenas para la reputación de Rusia como suministrador fiable». Por su parte, el presidente ruso, Valdimir Putin, anunció que Rusia podría reducir su producción de crudo ya que el país exporta aproximadamente el 20% de su producción a través del oleoducto de Druzhba a los países europeos y si cesan estas provisiones de manera repentina se produciría un exceso de producción debido a la limitada capacidad de refino de Rusia.
«Debemos proteger los intereses de las compañías rusas, que podrían afrontar algunos problemas y se deben plantear algunas medidas para minimizar sus pérdidas», aseguró. Moscú también se plantea sustituir la ruta bielorrusa de tránsito del petróleo recurriendo a corto plazo a las exportaciones por vía férrea y fluvial. Putin añadió que deberían proseguir las conversaciones con Bielorrusia para solucionar el conflicto. Sin embargo, los representantes bielorrusos, entre los que se encuentra el viceprimer ministro del país, Andrei Kobyako, que viajaron a Moscú a la búsqueda de una solución del conflicto, indicaron que no habían podido comenzar a negociar, solicitando a su vez reuniones sin condiciones.
El lunes el Gobierno ruso aseguró que las negociaciones sólo comenzarían cuando Bielorrusia anule los aranceles impuestos al petróleo ruso.
Disputa por precios Tras las primeras noticias del corte de suministro en Polonia y Alemania, la petrolera rusa Transneft acusó a Bielorrusia de bloquearlo y dijo haberse visto obligada a suspender las exportaciones. Cerca del 30% del crudo que Transneft exporta a Europa se distribuye a través del oleoducto de Druzhba.
La compañía ha acusado al Gobierno del presidente Alexander Lukashenko de haber sustraído ilegalmente unas 79.000 toneladas de crudo ruso. La disputa energética comenzó cuando el pasado mes de diciembre Rusia impuso aranceles de 180 dólares (137 euros) por tonelada al petróleo que exportaba a Bielorrusia, argumentando que este país refinaba este combustible para luego revenderlo a Europa a precios muy superiores. La respuesta de Minsk fue precisamente la creación del nuevo arancel de 45 dólares (34 euros)por tonelada métrica el jueves pasado. Al negarse Rusia a pagar este cánon, Bielorrusia decidió la interrupción del suministro.Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, que se reunió en Berlín con el presidente de la CE, Jose Manuel Durao Barroso, se mostró muy crítica con Rusia y aseguró que pese a que el país siempre se ha comportado como un socio «estratégico y fiable», la falta de información sobre el incidente con la república ex soviética «destruye la confianza» que depositan los europeos en el país. Tanto Merkel como Barroso calificaron de inaceptable el hecho de que no haya consultas o diálogo en torno a este asunto. «Medidas de esa naturaleza no se pueden tomar sin que medie al menos una consulta previa», dijo Barroso. Ambos aprovecharon este incidente para subrayar la importancia de disponer de una política energética europea.
El precio del crudo cae al nivel de junio de 2005
El precio del barril de Brent se situó cayó ayer hasta los 54 dólares, el nivel más bajo desde junio de 2005, debido entre otras cosas a las temperaturas más suaves de lo normal registradas este invierno en el hemisferio Norte. El crudo ha perdido en lo que va de año cerca del 12% de su valor y no ha detenido su caída ni siquiera con la interrupción del suministro de crudo ruso a Alemania, Polonia y Ucrania. En concreto, el barril de Brent se cambiaba por 54,34 dólares en Londres, 1,32 dólares menos que en la sesión anterior, mientras que el barril de Texas perdía 1,56 dólares, hasta 54,49 dólares. -
Bruselas plantea hoy su propuesta sobre política energética común
BRUSELAS La Comisión Europea presentará hoy una amplia batería de propuestas para sentar las bases de la futura política energética europea «que garantice la competitividad, la seguridad del suministro y permita luchar contra el cambio climático». La estrategia energética a medio y largo plazo diseñada por el Ejecutivo comunitario será luego debatida por los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete en el Consejo Europeo del próximo 9 de marzo. El intento de Bruselas por alumbrar una política común de la energía tienen su origen en el alto grado de dependencia externa que tiene Europa en materia energética. Los esfuerzos se redoblaron cuando en enero de 2006 las disputas entre Rusia y Ucrania por el precio del gas dejaron durante unos días sin suministro a parte de la Europa central y oriental. El temor se ha desatado de nuevo por las desavenencias entre Moscú y Minsk, también por el precio del gas y del petróleo que transita por Bielorrusia. A ello se añade el alza del precio del crudo y la proliferación de las fusiones empresariales en el sector energético. Todas estas circunstancias han llevado a la Comisión Europea a elaborar un marco normativo y, de paso, aprovechar para retomar propuestas sobre el uso de la energía nuclear. Entre los documentos que se darán a conocer hoy figuran dos sobre mercado interior, que proponen la separación entre las actividades de generación y las de transporte de los grandes grupos en el sector energético para garantizar la competencia. Este es uno de los puntos más polémicos del paquete de iniciativas sobre energía de la Comisión, porque existe un consenso en que es necesario hacerlo pero no en el sistema más adecuado. La primera que se baraja consistiría en obligar a las empresas a vender la red de distribución, y la segunda sería crear un operador que gestione la red, independientemente de quien sea el propietario, a quien pagaría un canon por el uso de la misma.
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