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El mismo contempla la desaparición de otros 80 puestos de trabajo, de los que 65 se realizarían mediante prejubilaciones y el resto por medio de bajas incentivadas. De esta manera, se reducirá la plantilla de trabajadores fijos de 404 a 324, es decir, se pierde casi un 20% del empleo estable.

Para costear esta operación, la sociedad estatal, que preside Enrique Martínez Robles, desbloquearía los 30 millones que retiene a ATB por los flagrantes incumplimientos en materia de inversiones tecnológicas en la planta de Trapagaran. La condición que pone SEPI para dar el visto bueno es que el nuevo plan industrial sea aceptado por la parte social. De esta forma, la sociedad estatal extendería dos años más la garantía sobre los trabajadores de Babcock. Todavía, sin embargo, SEPI no ha presentado de manera oficial las garantías en torno a esta nueva prórroga.

Carlos Corral, de ELA, precisó, al término de la reunión a tres bandas, que «el plan está diseñado para eliminar esos 80 puestos de trabajo, que son los que se venía hablando desde hace años» y avanzó que en el texto «se nos dice de llevar adelante actuaciones de colaboración a nivel tecnológico y financiero, que han incumplido de forma reiterada». Por lo que desde ELAse pide que este plan «pase por Bruselas, ya que el anterior que fue aprobado por la UE se ha incumplido. Está claro». Corral expresó que «dentro de esa prórroga de dos años de las garantías de SEPI, la empresa tendrá carga de trabajo. No les supone un esfuerzo especial. Se trata de reducir plantilla y obtener la financiación. Nada más».

Alejandro Oribe, de LAB, reconoció que el plan «está adaptado» a la actual cartera de pedidos de regasificación en China y Qatar, pero «no entran en los incumplimientos. SEPIles permite dar ese paso cuando han incumplido el plan anterior». El representante sindical reconoce que «esta actuación es un nuevo paripé para prolongar esta situación en un momento en el que tenemos carga de trabajo, pero lo preocupante es que se presente un nuevo plan de reducción de empleo».

Otro dato destacable en este momento se encuentra en la nueva división del comité. CCOOy UGTya no insisten en que ATB «debe abandonar la empresa», sino que en el trascurso de la reunión de ayer se refirieron a «errores en la gestión». Este nuevo rumbo tiene su origen en que el Gobierno español no quiere rescindir el contrato a los austriacos.

Reclaman la integración en el grupo matriz

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Seis trabajadores de la filial Babcock Montajes mantienen una protesta de tres horas diarias desde el pasado día 8 para exigir que ATB cumpla con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSPV), que falló a favor de la demanda de un grupo de 42 trabajadores de integración en la matriz del grupo Babcock Power. La iniciativa parte de un grupo de trabajadores, apoyados por LAB y ESK, ya que UGT, que es mayoritario en la filial de montajes, no acepta la propuesta de LAB ni de los trabajadores para avanzar en la integración de la empresa.

Ayer mismo, los trabajadores reconocieron que se están produciendo algunas represalias por parte de diferentes jefes contra quienes están reclamando la integración en la empresa. La sentencia del alto tribunal fue recurrida al Tribunal Supremo, aunque todavía hay pendientes demandas de otros trabajadores.

El representante de LAB reconoce que UGT «apoya la protesta, porque acepta que los austriacos se desprendan de esa filial, que la privaticen, como hicieron con Isotrón».