Francisco VIDAL | Director de «¡Han matado a Prokopius!»
«Los teatros comerciales temen a las grandes obras»
Francisco Vidal, actor y director de teatro, se
muestra encantado de la vida con este proyecto. Hace diez años le pidieron
dirigir la puesta en escena de “¡Han matado a Pro- kopius!”, «una de las mejores
obras de Sastre», afirma. El proyecto no cuajó. Ahora, por fin, se estrenará
mundialmente este trabajo bajo su batuta.
¿Qué le atrajo de esta obra? ¿Qué le empujó a dirigir el montaje?
Me parece una obra fabulosa, aparte de que admiro mucho a Alfonso. La construcción temática está llena de ironía y sarcasmo. Además, indaga sobre lo que nos separa a los seres humanos, y, según mi interpetación de la obra, la conclusión es que no hay tanto que nos separe, que estamos más cerca de lo que pensamos. Lo que nos separa son cosas superficiales, porque en el fondo todos somos iguales y tenemos las mismas inseguridades. La obra habla sobre las enormes contradicciones del ser humano, que para nada es negro o blanco. También me gustó el estilo thriller de la obra, en el que al final se descubre quién es el asesino. Reconstruye la vida del protagonista, que no sale porque está muerto, a través de la indagación del detective. Este va descubriendo en sí mismo las contradicciones que tenía Proko- pius y al final casi asume la personalidad del protagonista. También trata de la sensación general humana de fracaso, una sensación que une mucho más que el éxito.
¿Por qué se ha tardado diez años en llevar a escena una obra como ésta?
En el Estado español tenemos un teatro comercial en el que es muy difícil abordar temas como los que trata “¡Han matado a Prokopius!”, da miedo llevar a escena obras tas interesantes, y sobre todo, se teme, se desconfía de las obras españolas que no sean descaradamente comerciales. He llevado a varias personas relevantes del teatro a ver los ensayos generales, y la opinión general es que es una obra grande. Pero las grandes obras conllevan riesgos y en este momento los teatros privados no se enfrentan con este tipo de obras. La única salida son los teatros municipales o nacionales. Lo de Alfonso Sastre es curioso, porque hace años hizo una obra, “La taberna fantástica”, que fue un éxito extraordinario. Sin embargo, ha quedado como si fuera una obra de El Brujo. Pero éste sólo se basó en un personaje que había creado Alfonso. A pesar de ello, desde entonces, nadie ha vuelto a hacer un montaje suyo. Sin duda, también ha influido su trayectoria política.
Sin duda el tema es polémico. ¿Desanimará esto al público?
Cómo va a reaccionar el público es un misterio. El tema sí es muy polémico, pero llevar este tema al escenario es a la vez muy interesante. La obra, eso sí, no es nada maniquea. Todos reciben su varapalo y su dosis de comprensión. Admiro en esta obra que profundiza en varios temas, pero nunca dice «yo llevo la razón». Además, quiero insistir en que sobre todo es una novela policíaca. Lo que pasa es que en vez de desarrollarse en un lujoso crucero por el Nilo, la trama sucede en un ambiente con problemas y la obra toca esos problemas. Por tanto, se unen dos elementos interesantes: entretenimiento y actualidad.
Sastre reivindicaba el regreso de un teatro crítico, capaz de influir en la sociedad.
A menudo, se tiende a pasar de puntillas sobre algunos temas. Que esta obra sí hable sobre temas polémicos sirve para despertar el interés del público, aunque no esté de acuerdo. Desde las tragedias griegas, el teatro ha sido algo más que entretenimiento. Tiene que entretener, pero no sólo eso. Todas las obras deben de hablar de lo que sucede en el momento, si no, no nos interesa nada, porque no hay nada más vivo que el teatro. En ningún caso debemos aceptar la censura, ni sobre todo la autocensura, el no hablar de temas polémicos por miedo a la mala crítica.
¿Cómo es el protagonista, Isidro, el detective?
Tiene muchos registros. Es un hombre amargado, desencantado, pero con un sarcasmo y una ironía de sí mismo increíble. -
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