Cuando Alessandro del Piero, con apenas 16 años, llegó al equipo juvenil de la Juventus, los especialista auguraban el nacimiento de una carrera llena de éxitos. Así ha sido, aunque tres lustros después, Pinturicchio pelea por un título que probablemente nadie, ni él mismo, habría imaginado:el de cam- peón de Segunda.
Pero es que Del Piero ha sido una de las pocas estrellas que se han mantenido fieles a la Juve después de que el escándalo de corrupción del fútbol italiano acabase con la Vecchia Signora en Segunda amén de anular sus dos últimos títulos de Liga y restarle nueve puntos de inicio para el presente campeonato. Una circunstancia que le ha confirmado en el corazón de la afición blanquinegra como su gran ídolo.
El jugador, además, viene demostrando desde que comenzó la temporada que no quiere convertir esta travesía por el desierto en una jubilación anticipada. Ni los 32 años ni su amplio palmarés culminado este verano con el Campeonato del Mundo han restado un ápice a su sed de goles y victorias.
El mejor ejemplo llegaba el fin de semana, cuando alcanzó los 500 partidos oficiales con la Juve, lo que le convertía en el tercer jugador que en más ocasiones ha defendido la camiseta blanquinegra, por detrás de Gaetano Scirea (552) y Giuseppe Furino (528). Casualmente, «mis dos ídolos», admitía el propio Del Piero.
El capitán juventino lo celebraba, además, de la mejor manera, anotando uno de los goles fue su tanto número 204 que dio la victoria a su equipo (42) frente al Bari. No se despeinó por la costumbre o por la gomina, tan intrínsecamente ligada al hombre italiano y tras el encuentro se limitó a reconocer que había vivido «un gran momento». Aunque posteriormente, en su página web, se extendía más para mostrar, sobre todo, su agradecimiento. «Fue preciosa y emocionante la iniciativa de la Juventus y de Fiat para celebrar los 500 partidos. Precioso el público, el calor, las pancartas, la placa que me han regalado los aficionados como recordatorio de la celebración, aunque son ellos, sobre todo ellos, los que han contribuído a la consecución de este logro», destacó.
ELOGIOS
Pero, lógicamente, no han sido los aficionados turineses sino el propio Alessandro del Piero el que se ha ganado las felicitaciones y los elogios de buena parte del fútbol italiano. Empezando por su entrenador y otro de los grandes en la historia del club blanquinegro Didier Deschamps, que se felicitaba porque «la actuación durante toda la tarde y el mismo gol han estado a la altura, una vez más, de la celebración».
Giuseppe Furino, el segundo jugador que en más ocasiones ha defendido esa misma camiseta, destacaba que «por su clase y su comportamiento, el chico sigue aportando muchísimo a la Juve. Se merece todos sus éxitos».
Pero, probablemente, fue Marcello Lippi el que más se extendió. El técnico retirado después de llevar a Italia al título mundial destaca que Del Piero «es uno de los pocos símbolos reales del fútbol italiano. Es un auténtico líder», así como su «fidelidad» a la Juve tras el descenso. «Es todo un ejemplo para el resto del equipo. Cuando se piensa en la Juve, se piensa en Del Piero». -
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