Entre el Arenal y el Guggenheim, por los derechos
Milakabilaka ha llamado a la ciudadanía vasca a respaldar la marcha que tendrá lugar mañana, sábado, a partir de las 17.00, entre el Arenal bilbaino y el Museo Guggenheim. «Pretendemos respeto para Euskal Herria, paz y diálogo», subrayaron los convocantes de una manifestación sin pancarta y sin partidos políticos, pero con sorpresas y colorido.
BILBO
La recientemente presentada iniciativa Milakabilaka «ejercicio Milakabilaka», se autodefinen llevará mañana a la calle su razón de ser; la implicación de los ciudadanos para que «el conflicto político de nuestro pueblo se solucione». Tal y como adelantó la escritora Sonia Gonzalez, «estaremos en Bilbao a las 17.00, desde el Arenal hasta el Guggenheim, por Ripa. Algunos iremos a pie y otros, en trainera o en piragua, lo harán por la ría».
González, acompañada del bertsolari Xabier Amuriza y de la sindicalista Ziortza Ameztoi, adelantó que «miles de ciudadanos haremos ese recorrido para exigir los derechos y el respeto que le corresponden a Euskal Herria. Ya conocéis la iniciativa Milakabilaka; lo que nos une, nuestro objetivo es que el conflicto político de nuestro pueblo se solucione. Pretendemos todos los derechos para todas y todos, respeto para Euskal Herria, paz y diálogo; y que partidos y demás agentes solucionen lo que tienen que solucionar».
Los portavoces de Milakabilaka abundaron en el carácter abierto y diverso de los integrantes de una plataforma con aspiración de crecer: «Pretendemos que los ciudadanos salgan, que se organicen y tomen parte». Y subrayaron, a continuación, que «para organizar todas estas iniciativas somos conscientes de que, además de la buena voluntad, también es necesaria la financiación». En este sentido, quieren acometer «una dinámica libre, de las ciudadanas y ciudadanos, sin que sea hipotecada por ayudas económicas de una parte u otra».
Junto a la convocatoria de la marcha, Milakabilaka incidió ayer en el mensaje «de poder autofinanciarnos. Debemos creer en nuestras fuerzas incidió González porque lo vamos a conseguir. Nuestro futuro está en nuestras manos, y animamos a todo el mundo a acudir el sábado a Bilbao».
También Xabier Amuriza quiso intervenir para recordar sus muchos años «participando, la mayor parte de las veces en iniciativas de mi entorno ideológico. Soy bertsolari y trato con toda clase de gente por los pue- blos, por lo que tengo relaciones mucho más amplias que las de mi ideario o pensamiento político. Me da un motivo especial de ilusión poder visualizar lo que habitualmente y de forma privada hago; Milakabilaka es un movimiento, con gente de un espectro más amplio al habitual. Esto me da motivos de ilusión, una ilusión especial».
A cinco euros el «pin» y la opción de fotografiarse y salir en la web
BILBO
Los convocantes detallaron las dos «oportunidades» que tendrán quienes marchen mañana, junto al Ibaizabal. Por un lado, habrá miles de insignias o «pin» con la «k» de Milakabilaka, que se venderán a cinco euros.
Sonia González explicó que pretenden que «se convierta en el icono de Milakabilaka, pero también en testigo de nuestra indepen- dencia económica. Sabemos que el ‘pin’, en sí, no vale ese precio, pero lo que significa sí que no tiene precio».
Por otra parte, se podrá mostrar adhesión y aportación económica al ejercicio Milakabilaka, entre las 11.00 y las 21.00 del sábado, en los dos puestos que instalarán en la Plaza Nueva. «La gente que acuda podrá hacerse una fotografía que, además de llevársela consigo, se colgará directamente, al momento, en la web milakabilaka.org. Ya hay varias col- gadas y se puede ver qué fotos son».
Prohíben el montaje final
BILBO El Ayuntamiento de Bilbo comunicó ayer a los organizadores la prohibición de montar cualquier infraestructura o soporte destinado al acto final previsto, argumentando un acuerdo con el Guggenheim y que se basaría en razones de imagen. Los organizadores preveían adecuar un pequeño soporte y una pantalla para proyectar imágenes en la explanada, junto a la ría. Portavoces de Milakabilaka mostraron su perplejidad, ya que la iniciativa «es precisamente un ejercicio democrático de los ciudadanos, que lejos de perjudicar cualquier imagen debería entenderse como modélico». Y recordaron que en este entorno se han hecho otros montajes.
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