Han pasado 22 años desde que Irlanda se alzara por última vez con el Torneo de las Cinco Naciones (Italia todavía no tomaba parte). Más de dos décadas de sequía. Ahora tienen una inmejorable oportunidad para que el trébol de su escudo vuelva a ser de un verde brillante.
El XV irlandés es el gran favorito. Pero, evidentemente, eso no le garantiza la victoria. Sobre el papel, el calendario le favorece, porque juega en casa contra Francia e Inglaterra. Antes, el primer escollo a superar por los entrenados por Eddie O’Sullivan será la selección de Gales, pasado mañana en Cardiff.
Luego pasarán por Dublín los combinados francés e inglés, los días 11 y 24 de este mes, respectivamente. Estos partidos no se jugarán en el habitual Lansdowne Road que se encuentra en obras, sino en Croke Park, un estadio propiedad de la Federación de Fútbol Gaélico con capacidad para 82.000 espectadores. Si Irlanda supera estas tres pruebas de fuego, tendrá todos los boletos para el triunfo final.
Los últimos encuentros del XV del trébol invitan al optimismo. El pasado otoño vencieron a Sudáfrica (32-15) y Australia (21-6). Era la primera vez que Irlanda vencía de forma consecutiva a dos grandes conjuntos del hemisferio sur.
En su alineación, a los ya conocidos Stringer (medio melé), O’Gara (apertura) y el capitán O’Driscoll (centro) cabe sumar la irrupción de Andrew Trimble, un estudiante de teología de 22 años que desde su posición de ala causa terror en las defensas rivales.
tres aspirantes
Tres son las selecciones que tienen opciones para impedir que los de verde se hagan con el título: Francia, Inglaterra y Gales. La primera es la vigente campeona, pero afronta el torneo como un test preparatorio para su verdadero objetivo de este año, la Copa del Mundo de la que será anfitriona el próximo otoño. Tal es así que su Liga se ha detenido y, durante siete semanas, cuarenta jugadores permanecerán concentrados.De ahí saldrá la nómina de treinta mundialistas.
Los bleus se las prometían muy felices hasta que, hace unos meses, Nueva Zelanda les puso en su sitio y les endosó sendas derrotas en Lyon (3-47) y París (11-23). Las dudas se acrecentaron con una ajustada victoria ante Argentina (27-26). Como primer rival, los del gallo jugarán mañana en Roma contra Italia. Todo lo que no sea una cómoda victoria encendería las luces de alarma.
Aunque para alarmas, las de Inglaterra. La larga serie de derrotas sufridas en noviembre le costó el puesto de seleccionador a Andy Robinson, reemplazado por Brian Ashton. Débiles técnicamente, desmenuzables en la delantera, superados en defensa, sin imaginaciónŠ la vigente campeona del mundo ha ido de humillación en humillación.
Ante Nueva Zelanda sufrieron la más amplia derrota en casa de su historia (20-41), fueron batidos por vez primera por Argentina en Twickenham (18-25) y eludieron superar su récord de partidos perdidos consecutivamente siete merced a una ajustada victoria sobre Sudáfrica (23-21), que les devolvió la moneda siete días más tarde (14-25).
WILKINSON Y ROBINSON
Los de la rosa basan sus esperanzas de volver a ser lo que fueron en los retornos de Jason Robinson y Jonny Wilkinson. Este último fue el héroe de la final del último Mundial, pero desde entonces apenas ha jugado, castigado por las lesiones. Reapareció el pasado fin de semana con su club. Otro nombre a seguir es el del Andy Farrell, ex jugador de rugby a XIII que actuará de centro. Los dos primeros partidos, en Londres ante Escocia mañana e Italia, pueden servir para recuperar su alicaída moral.
Gales es una incógnita. En 2005 se llevaron el torneo tras ganar todos los partidos. En 2006 fueron penúltimos, con una victoria, un empate y tres derrotas. ¿Qué versión tendremos este año?
Su entrenador, Gareth Jenkins, prefiere mostrarse optimista: «Tenemos que crear un ambiente que nos permita ganar el torneo y la Copa del Mundo. Nunca hemos tenido una ocasión como esta para ser campeones». Su partido del domingo contra Irlanda servirá para extraer las primeras conclusiones.
Los dos equipos restantes, Escocia e Italia, parten en los pronósticos como aquellos que lucharán por evitar la cuchara de madera con la que se “premia” a quien pierde todos los encuentros. Sin embargo, ambos están capacitados para dar alguna sorpresa.
El precendente más cercano se produjo el año pasado, cuando los escoceses derrotaron a Francia en el partido que abría el torneo. No van a ganar, pero pueden eliminar de la carrera por el título a alguna de las selecciones aspirantes. Las respuestas a todas estas incógnitas se irán despejando a lo largo del próximo mes y medio. -
DONOSTIA