Mikel INSAUSTI Crítico cinematográfico
El Goya, para los goyescos
No esperaba nada bueno de las nominaciones a los Goya, que con Enrique González Macho al frente de la Academia de Cine han entrado en una etapa de reconocimiento a los de siempre. La involución está servida con el PP en el poder, empeñado en devolver al cine español su rancio abolengo. No tardaremos mucho en ver a José Luis Garci de nuevo subiendo a recoger alguna estatuilla del cabezón.
El paso atrás de esta edición es considerable, y quien sale más perjudicado es el cine independiente, que ha sido totalmente desterrado de la lista de nominados. Las películas pequeñas, además de tener problemas para hacerse con las ayudas oficiales, han de soportar el no ser reconocidas artísticamente. Qué se hayan olvidado de «La mitad de Óscar», «Guest», «Jacques Leonard, el payo Chac» y de «Tralasluces» es un inequívoco síntoma del nulo interés por la verdadera creatividad.
En Madrid tampoco se han enterado de que este ha sido el mejor año del euskal zinema en toda su historia. No era problema de elección, ya que tenían para decidirse entre estos cuatro títulos: «Bertsolari», «Urte berri on, amona!», «Arriya» y «Bi Anai». Porque no les voy a pedir que se acuerden de las modestísimas «Ori», «Cuidadores», «El último paso» o «Mercado de futuros», aunque reúnen mayores méritos que varias de las que han sido incluidas de otras procedencias del resto del Estado.
Estoy pensando en «Verbo», «23-F. La película», «La voz dormida» o la mismísima «La piel que habito». Ojalá Urbizu se lo lleve todo y nos resarza de algún modo, aunque mucho me temo que nunca habrá recompensa para los ignorados.