Gloria LATASA gloriameteo@hotmail.com
Patinaje en la montaña
No cabe duda de que la montaña siempre va a ser un medio en continuo cambio y con ganas de darnos nuevas sorpresas
Lo supimos el año pasado con las trágicas muertes en el Anie. No es necesario esperar al invierno para que el frío nos sorprenda en la montaña. Sin embargo, hay que reconocer que, en el hemisferio norte, el invierno es la estación del frío por excelencia. Una época del año en la que hay que poner especial atención, tanto a lo que ocurre en el cielo como a lo que pasa en el suelo.
Ahora nos toca aprender que en invierno, en función de las condiciones meteorológicas, las montañas pueden sufrir transformaciones extraordinarias. Así, en las últimas semanas, una situación anticiclónica continuada, estable y con pocas precipitaciones, ha impedido la formación del habitual y bastante regular manto de nieve que suele hacer las delicias de montañeros y esquiadores. En su lugar, no se encuentran más que caprichosas «manchas» de nieve venteada.
Una nieve que, bajo los efectos de la situación meteorológica actual, se ha humedecido reiteradamente con el calor del día y se ha vuelto a helar con el frío de la noche, hasta transformarse en un viejo y duro hielo. Tan duro que algunas laderas se están comportando como auténticas pistas de hielo. Un escenario, más propio para el patinaje, que en los últimos días se ha cobrado vidas tanto de esquiadores como de montañeros en picos como el Espigüete, el Aneto o el Aspe.
Los expertos en alta montaña recomiendan no confiarse ni cuando se conozca bien el itinerario. Al igual que insisten en que el piolet y los crampones ya no son suficientes como equipo. En estos casos, es necesario llevar también el casco. Y, por descontado, llevar la ropa adecuada, un detector de avalanchas (ARVA), caminar en grupo y moverse por itinerarios soleados.
Podemos aprovechar nuestro paso por la montaña para hacer ejercicio, para batir algún record, para tener algo importante que contar, para interiorizar… Pero, no cabe duda de que siempre va a ser un medio en continuo cambio y con ganas de darnos nuevas sorpresas. Observar y aprender de todo ello nos permitiría disfrutar con más seguridad de la montaña y, con seguridad, nos llevaría a todos a ser un poco más sabios.