NUEVO TIEMPO EN EUSKAL HERRIA
Rajoy se interesó directamente por la reunión entre Basagoiti y Urizar
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, habló el miércoles con el líder del PP de la CAV, Antonio Basagoiti, para interesarse por la reunión que ayer mantuvo con el secretario general de EA, Pello Urizar, y quedaron en volver a conversar después de que se hubiera celebrado la cita. Pese a que Rajoy eludió la cuestión vasca en su discurso de investidura y en su primera entrevista, la tiene en su agenda.
A.GOIKOETXEA - I.IRIONDO | BILBO-GASTEIZ
Un año después de que Eusko Alkartasuna la solicitase oficialmente, su secretario general, Pello Urizar, mantuvo ayer una reunión de hora y cuarto con el presidente del PP en la CAV, Antonio Basagoiti, al objeto de normalizar las relaciones entre ambas formaciones en el nuevo tiempo político abierto en Euskal Herria. Y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quiso estar directamente informado antes y después de su celebración.
Según ha sabido GARA por fuentes de referencia, Mariano Rajoy telefoneó el miércoles al presidente del PP de la CAV, Antonio Basagoiti, para interesarse por el contenido de la reunión que éste tenía concertada para ayer con el secretario general de EA, Pello Urizar. En la conversación telefónica, ambos quedaron en volver a comunicarse una vez celebrado el encuentro. El presidente del Gobierno español quiere estar al tanto de lo que ocurre en Euskal Herria y Antonio Basagoiti no duda en hacer gala de su estrecha relación en esta materia con el nuevo inquilino de la Moncloa.
Tras la cita que se celebró en la sede del PP de Bilbo, el primero en comparecer ante los numerosos medios de comunicación allí congregados fue el secretario general de EA, Pello Urizar, que saludó la normalidad con la que se desarrolló, apostillando que «mejor tarde que nunca».
Su anfitrión, Antonio Basagoiti, confesó después que había ido posponiendo la celebración de la reunión porque «no estaba muy de acuerdo con algunas cosas» que había declarado el dirigente de EA y prefería «decírselo a la cara».
«Es positivo y constructivo que podamos tener una relación directa entre las dos formaciones. Es importante que al final del terrorismo se llegue con aquellos que quieren la paz y con aquellos que queremos la paz, la libertad, la justicia y la dignidad», precisó Basagoiti.
Urizar destaca el papel del PP
Por su parte, el secretario general de EA destacó el papel que, a su juicio, debe jugar el PP, al igual que otros agentes, en el nuevo escenario abierto, especialmente a raíz de la llegada de Mariano Rajoy a La Moncloa. Es más, Urizar trasmitió la percepción de que el partido que lidera Antonio Basagoiti tiene visión sobre el momento político que se vive en el país, distinta a la que predomina en la sede de la calle Génova de Madrid.
Basagoiti trató de negar ese papel y esas diferencias de matiz, diciendo que el presidente del Gobierno español y secretario general del PP «sabe perfectamente lo qué piensa el PP del País Vasco, que es lo mismo que piensa él: que el único camino para el fin de ETA y para vivir en paz y en libertad es ser exigentes hasta que ETA se disuelva».
Asimismo, negó que hubiese enviado a través del secretario general de EA ningún mensaje a la izquierda abertzale. Lo que sí solicitó Basagoiti a Urizar es que demande a la izquierda abertzale que reconozca el daño causado y «deslegitime» la lucha armada mantenida por ETA durante medio siglo, además de insistir en su discurso de que la organización armada vasca se disuelva.
Antonio Basagoiti fue categórico al negar la posibilidad de una reunión similar con representantes de la izquierda abertzale y normalizar relaciones. «Lo que tiene que estar más cerca es la disolución de ETA. Si se quiere normalidad verdadera y real entre formaciones políticas, lo que tiene que hacer es desaparecer, disolverse, quitarse de en medio la banda terrorista, y la parte de Batasuna o el submundo de ETA lo que tiene que hacer es reconocer el daño causado», señaló.
«Trabajo discreto y de cocina»
Otro de los puntos que estuvo sobre la mesa es el cumplimiento de la legislación española en la política penitenciaria, desterrando las medidas de excepción y de castigo hacia los presos. Urizar pidió a Basagoiti que analice la histórica movilización del sábado en Bilbo, ya que «es significativa de que cada vez más sectores sociales se están sumando» a la exigencia de que se respeten los derechos básicos de los represaliados políticos vascos.
El político de Arrasate recordó que en el pasado, cuando José María Aznar fue presidente del Gobierno español, dio pequeños pasos en política penitenciaria, aunque también reconoció que el PP «necesita su tiempo» para dar un viraje en esta materia. Confió para ello «en el trabajo discreto y de cocina».
Basagoiti reconoció que su interlocutor había sacado en la conversación la cuestión de la política penitenciaria, a lo que le respondió que comparten con el Ejecutivo de Mariano Rajoy el criterio de que «se debe cumplir la legalidad, que aquí los tratamientos son individualizados y que aquí no se puede esconder debajo de ningún tipo de movimiento ni manifestación la pretensión de impunidad ni de amnistía».
El líder del PP aprovechó la ocasión para criticar al lehendakari, Patxi López, porque «se pasa el día entero hablando de los presos, de la gente que está encarcelada por cometer delitos. Lo que tiene que hacer -dijo de su socio preferente- es hablar de cómo conseguir asentar la convivencia y la dignidad en esta parte de España, y cómo conseguimos hacer frente a esta crisis económica».
La «raíz política» del conflicto
A preguntas de los periodistas, Urizar interpretó de su conversación con Basagoiti que este había «reconocido la raíz política del conflicto vasco», aunque pocos minutos después el líder del PP en la CAV matizó que «si el conflicto es entendido como un conflicto de diferentes identidades en el País Vasco sí lo reconozco. Si el conflicto es ETA, no. Conflictos políticos en el mundo hay muchos, pero no hay una banda pegando tiros y diciendo que tenían razón en lo que estaban haciendo».
«Esto no es una guerra entre dos bandos», enfatizó Basagoiti, antes de añadir que «no cuadra exigir a los gobiernos democráticos cosas que se han de exigir a las bandas». Insistió en que «no se pueden equiparar víctimas» y que «quien tiene que moverse es quien aún no se ha desarmado».
Basagoiti y Urizar quedaron en abrir entre sus partidos una relación normalizada.