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Morsi asegura tras su investidura que los militares volverán a sus cuarteles

El primer presidente civil de Egipto, el islamista Mohamed Morsi, que ayer juró como jefe del Estado ante el Tribunal Constitucional, aseguró que a partir de ahora el Ejército, que conserva amplias facultades incluso tras entregar el poder ejecutivo al nuevo mandatario, volverá a dedicarse a sus deberes de proteger la seguridad del país. Subrayó su apoyo al pueblo palestino, aunque prometió respetar los tratados internacionales, y pidió el fin del derramamiento de sangre en Siria.
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Mohamed Morsi se convirtió ayer oficialmente en el primer presidente islamista y civil de Egipcio, sucediendo a Hosni Mubarak, derrocado en febrero de 2011 por una revuelta popular sin precedentes en el país. En su tercer discurso anunció que los militares volverán a sus cuarteles.

Pero incluso tras su investidura, Morsi deberá lidiar con el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), a quien Mubarak entregó el poder al renunciar y que conserva amplias facultades incluso después del traspaso del poder ejecutivo escenificado ayer.

Ante el pleno del Tribunal Constitucional, Morsi juró «preservar con lealtad el sistema republicano, respetar la Constitución y la ley, proteger plena- mente los intereses del pueblo y preservar la independencia de la nación y la seguridad de su territorio».

«Hoy, el pueblo egipcio ha puesto las bases de una nueva vida, de una libertad total y de una verdadera democracia», añadió el presidente.

Tras prestar juramento, Morsi, que renunció a su militancia en los Hermanos Musulmanes y a la presidencia del Partido Libertad y Justicia tras su victoria electoral, alabó el trabajo del Tribunal Constitucional, a pesar de que fue esa Corte la que ordenó la disolución del Parlamento, donde su formación tenía la mayoría.

Más tarde, en la Universidad de El Cairo, en un discurso a la nación ante autoridades políticas, militares y religiosas y familiares de las víctimas de la revuelta popular se comprometió a ser el presidente de todos los egipcios, musulmanes y cristianos, para «garantizar la libertad, la justicia y la dignidad humana» a la población y trabajar para fomentar la inversión y el turismo.

Ante el jefe de la Junta Militar, mariscal Hussein Tantawi, sentado en primera fila, el nuevo jefe del Estado, cuyos poderes están limitados por una Declara- ción Constitucional Complementaria aprobada hace dos semanas por el CSFA, lanzó un mensaje al Consejo Supremo al asegurar que a partir de ahora el Ejército volverá a dedicarse a sus deberes de proteger la seguridad de la patria.

«El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas cumplió su promesa de que no será una alternativa a la voluntad popular. Ahora las instituciones elegidas volverán a desempeñar sus deberes y el Ejército volverá a sus cuarteles, a dedicarse a sus labores de proteger la seguridad y las fronteras del país», dijo.

En el último año, la cúpula militar había manifestado en repetidas ocasiones que entregaría el poder antes del 30 de junio al presidente salido de las urnas. Sin embargo, no está tan claro que vaya a desaparecer de la escena política tras la aprobación de la Declaración Constitucional Complementaria, por la que se reserva el poder legislativo tras la disolución del Parlamento y la capacidad de decidir en cuestiones relativas al Ejército, entre otras competencias.

Ámbito internacional

«Egipto no romperá con la nación árabe e islámica», prosiguió Morsi, al tiempo que advertía de que el país no tolerará ataque alguno contra ningún país árabe, como tampoco exportará su «revolución» ni se inmiscuirá en asuntos de otros países ni aceptará injerencias en los asuntos internos egipcios.

En este sentido, manifestó que «el Gobierno y el pueblo egipcios apoyan al pueblo palestino hasta que recupere sus derechos legítimos y sus tierras y trabajaremos para lograr la reconciliación» entre Hamas y Al-Fatah. En cualquier caso, prometió que respetará «los acuerdos y tratados internacionales», en una referencia velada al tratado de paz firmado con Israel en 1979.

También pidió «el fin del derramamiento de sangre» en Siria tras manifestar que «apoyamos al pueblo sirio».

Morsi recordó a las víctimas de las revueltas populares.

Ya por la tarde, el nuevo presidente egipcio se traslado a una base militar cercana a El Cairo para participar en una impresionante ceremonia de traspaso del poder ejecutivo.

En su alocución, el mariscal Tantawi expresó el respaldo del Ejército a la voluntad del pueblo, al señalar que «no hay alternativa a su legitimidad» y a Morsi, «el presidente elegido por el pueblo».

legitimidad

El mariscal Tantawi reiteró que «no hay alternativa a la legitimidad que desea el pueblo» y dijo que durante la revuelta que derrocó a Hosni Mubarak el Ejército veló por «la seguridad interna y los bienes públicos y privados, además de la celebración de las elecciones legislativas y presidenciales».

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