Prácticamente al mismo tiempo que se tenía noticia de que la Policía francesa andaba merodeando en las cercanías del domicilio de Jokin Aranalde, ayer por la mañana los medios de comunicación recibían una misiva del propio exiliado.

En ella, el ibartarra, cuya entrega a Madrid era inminente al haber sido rechazado su recurso contra la aceptación de la euroorden por parte del Tribunal de Pau, declara haber optado por la «insumisión» y reitera su «compromiso de trabajar para que hasta el último de los exiliados y deportados podamos vivir en una Euskal Herria en libertad».

Aranalde recuerda que ha sido objeto de «torturas tres veces» en el franquismo y por última vez en 2002, año en el que decidió instalarse en Ipar Euskal Herria «porque ni mi mente ni mi cuerpo soportarían ser torturado por cuarta vez».

Tras un repaso de los «dos acontecimientos -la Conferencia de Aiete y el cese de la lucha armada por parte de Euskadi ta Askatasuna- que trajeron un profundo cambio en Euskal Herria», manifiesta que «solo ETA ha cumplido al 100% su palabra».

Hoja de ruta

Relata que el Colectivo de Exiliados y Exiliadas Políticos Vascos (CEPV), del que es coportavoz, decidió «activarse, como lo hicieron tantos otros en Euskal Herria, para hacer que el proceso de paz se materialice».

Con tal objetivo, continúa el escrito, el pasado 15 de junio el Colectivo presentó en Biarritz su hoja de ruta «en sintonía total con el espíritu de la Conferencia de Aiete».

El exiliado asegura que los estados español y francés, «en vez de recibir positivamente la propuesta constructiva del CEPV», han respondido con «un nuevo golpe represivo». En ese contexto sitúa su propia detención y la de los exiliados Beñat Atorrasagasti y Aitor Zubillaga, así como los consiguientes procesos para decidir sobre las euroórdenes dictadas por los tribunales españoles, que tilda de «farsa».

«Es obvio que se trata de un juicio político», sostiene tras incidir en que el «objetivo real es valerse de la euroorden para obstaculizar la hoja de ruta del CEPV».

«Actitud encomiable»

Invocando al «planteamiento de diversas personalidades institucionales y políticas, movimientos sociales y personalidades del mundo cultural» de responder a tal situación «con una actitud de insumisión y desobediencia para socializar, de ese modo, la propuesta del CEPV» y «animado por la actitud responsable y encomiable de dichos agentes», Aranalde anuncia su decisión de «optar por la insumisión».

En clara alusión a la actitud del Estado francés para con Euskal Herria, recuerda las palabras del general De Gaulle cuando felicitó al batallón vasco que participó en 1945 en la liberación de Burdeos - «Francia no olvidará nunca lo que los vascos han hecho por ella»- y apostilla que «solo el pueblo llena de contenido las palabras bonitas».

El portavoz del Colectivo de Exiliados y Exiliadas Políticos Vascos insiste en que «el pueblo es el garante de que Euskal Herria pueda avanzar» y apela a sus conciudadanos a «movilizarse para conseguir la verdadera paz que tanto ansiamos y necesitamos. El pueblo es nuestro aliento y nuestra causa».