«Cada vez que se acerca el balón al área cierro los ojos», dijo una vez el sarcástico John Toschak para referirse a su equipo. Algo similar podría haber dicho Marcelo Bielsa la temporada pasada y en ocasiones hasta en la anterior. Su apuesta por un fútbol ofensivo obligaba a desguarnecer los aspectos defensivos, lo que sumado a que la zaga y portería rojiblancas demasiadas veces parecían un sainete, no era de extrañar que el Athletic terminara siendo el equipo más goleado el pasado curso, el que más remates en contra recibía y Gorka Iraizoz ostentar el dudoso honor de ser el guardameta que más paradas se veía obligado a hacer, lo que significa que le chutaban en exceso. Pero todo eso ha cambiado con la llegada de Ernesto Valverde.

Once jornadas después, los leones son el 13º equipo que más remates en contra recibe, incluso menos que el Real Madrid, que es quien le antecede, y es el 12º en esa tabla estadística en disparos que van entre los tres palos. Otro dato revelador es que el portero del Athletic ya no es el que más paradas hace. Entre Iraizoz, 25, y Herrerín, 16, suman 41 intervenciones.

Por ejemplo, el guardameta navarro tiene un porcentaje de paradas del 69,7%, mejor que Diego López, Asenjo, Kiko Casilla, Andrés o Beto, entre otros. El arquero del Levante, el próximo rival de los bilbainos, contabiliza ya 56 paradas y es quien encabeza esta lista. Y por encima de la suma de los dos porteros rojiblancos, además del levantino, están los del Almería, Celta, Getafe, Granada, Málaga, Sevilla, Valencia y Valladolid.

Es una evidencia -y no solo con los números en la mano- que el Athletic se ha fortalecido defensivamente. El papel de Iraizoz está siendo determinante para salvar unos cuantos puntos, la zaga no concede tantas ocasiones y hasta ha olvidado algunas actuaciones cuasicómicas que se traducían en goles propios de `Vídeos de primera''.

A ello habrá ayudado la consolidación de nombres propios en esa línea de cuatro, pero seguramente estos habrán notado tener por delante a dos estajanovistas como Iturraspe y Mikel Rico. A diferencia de Bielsa y su único pivote defensivo encarnado en la persona del de Abadiño, Valverde apuesta por esa doble figura de apagafuegos que tan buenos resultados le han dado, excepción hecha del primer día en el Bernabéu.

Un doble pivote que al principio podía entenderse como algo puntual, en función del rival de turno, que se saldó a las mil maravillas ante un Valencia peligroso en las salidas y las pérdidas de balón, que en buena lógica siguió en un campo complicado como Getafe, pero que ya menos explicable fue que Txingurri decidiera volver a apostar por él ante el Elche.

Nada de salida en tromba

Ese encuentro, donde los leones se vieron sorprendidos y superados en la primera mitad, fue toda una declaración de intenciones de Valverde, que descartó situar a Beñat o Herrera acompañando a Iturraspe o Rico para dar más protagonismo ofensivo al equipo, jugando, además, en San Mamés. Al descanso, De Marcos entró por Rico. Señales que el técnico envía a sus jugadores, señales que nos dicen que con Valverde, al menos hasta ahora, el Athletic no salta en su estadio -y mucho menos lejos de él- a poner cerco al contrario, a volcarse sobre la meta rival desde el minuto uno.

Con Joaquín Caparrós las trompetas sonaban desde el mismo pitido, con Bielsa ese ataque inicial era también marca de la casa pero menos vertical, mientras que Valverde parece querer no dejarse sorprender atrás e imponerse con el transcurso del partido. Ante el Levante, en casa, Valverde volverá a revelar sus cartas, las de apostar por un doble pivote defensivo o juntar de una vez a los Beñat, Herrera o De Marcos.