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Gara > Idatzia > Iritzia > Kolaborazioak 2006-03-13
Javier Deán - Viceconsejero de Vivienda y miembro de Ezker Batua
Ley del Suelo, de izquierdas

Es más fácil criticar a los jugadores desde la grada que jugar el partido hasta el último minuto con fuerza y con compromiso. Parece que en el primer tiempo del partido de la Ley del Suelo, Ezker Abertzalea ha preferido verlo desde la grada. Lo respetamos. Pero lo que no podemos aceptar es que se minimice la importancia de una gran victoria de la izquierda, y en concreto de Ezker Batua, en esta cuestión, que se ha producido en unas condiciones de entorno durísimas. Victoria que no baja del 4 a 1. Es posible que con el refuerzo de Ezker Abertzalea el resultado hubiera sido de 5 a 1 y aún puede serlo si en el segundo tiempo de este partido, en la tramitación de las enmiendas parciales, también Ezker Abertzalea enmienda su decisión y decide jugar el partido en el campo de la izquierda.

En primer lugar, tenemos que dejar claro que el Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales hemos valorado siempre la interlocución con Ezker Abertzalea en relación con la Ley del Suelo porque entendíamos que su aportación podía ser importante, y máxime para una formación política de izquierdas como es Ezker Batua. De hecho, hemos trabajado a fondo las 90 enmiendas presentadas por Ezker Abertzalea, ofreciendo una respuesta detallada a cada una de ellas, a pesar de que el trámite inmediato era el del debate de la enmienda a la totalidad y no el de las enmiendas parciales. El resultado fue que mostrábamos nuestra disposición a aprobar o transaccionar más de la mitad de las enmiendas, aportando para ello fórmulas imaginativas que resolvían gran parte de las dudas de Ezker Abertzalea. Y en concreto, adelantamos soluciones en las dos cuestiones que a Ezker Abertzalea más le preocupaban: la vivienda en alquiler y la vacía.

Pero desgraciadamente Ezker Abertzalea prefirió mantenerse en la grada y hacer valer criterios que no acabamos de entender en su decisión de defender la enmienda a la totalidad. Y ya puestos no sólo se quedó en la grada sino que decidió en última instancia salirse del estadio y desentenderse de lo que pueda pasar en un partido en el que se juega el derecho básico de las personas a disponer en condiciones dignas de un techo en el que desarrollar un proyecto de vida. Cuando decimos que el resultado alcanzado ha sido una gran victoria de la izquierda lo hacemos con conocimiento de causa y después de haber luchado a brazo partido durante tres años para sacar adelante la ley más progresista del Estado. Hemos luchado contra los intereses económicos que están detrás del mercado del suelo y de la vivienda. Intereses económicos cuyo objetivo era, y sigue siendo, desmontar el sistema de vivienda de protección oficial vigente en Euskadi y que ha dado respuesta en los últimos cuatro años, desde la incorporación de Ezker Batua-Berdeak al Gobierno Vasco, a 20.701 personas y familias que no podían acceder al mercado de la vivienda libre.

Ezker Abertzalea basa su crítica a la ley en una visión de Euskadi que no concuerda con la realidad que día a día percibe la población vasca. En primer lugar, rechaza la ocupación intensiva, pero ordenada como plantea la ley, de los suelos de que disponemos en aras a la preservación de un principio como es el del «crecimiento natural de la población», sin tener en cuenta que de no aprovechar adecuadamente los suelos estaremos condenando a una parte importante de esa población «natural», en especial a la gente joven, a emigrar a otras zonas. Por no hablar de la situación a la que condenamos a la población inmigrante. En Ezker Batua también somos contrarios al desarrollismo, pero del mismo modo que hemos im- puesto limitaciones a la edificabilidad máxima admisible, para evitar excesos urbanísticos como los de los años 60 y 70, también creemos ineludible establecer edificabilidades mínimas, para evitar la ocupación extensi- va del suelo con edificaciones de baja altura.

Por ello, no podemos entender que Ezker Abertzalea pretenda resolver el problema ocupando todas las viviendas vacías que dice el Instituto Nacional de Estadística que existen. Si en lugar de datos del Estado utilizaran los datos que obtiene el Gobierno Vasco se encontrarían con que la cifra real de viviendas vacías, en el entorno de las 30.000, es muy inferior a las 92.000 que obtiene el INE con unos procedimientos poco científicos. Y que, aunque desde el Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales estamos haciendo todo lo posible para movilizar viviendas vacías a través del programa Bizigune y estamos consiguiendo resultados importantes, ya cerca de las 3.000 viviendas, esto es absolutamente insuficiente ante una demanda de entre 100.000 y 120.000 unidades que esperamos para los próximos años en una Euskadi que cada vez se parece más a una Europa en la que el número de habitantes en cada vivienda ha disminuido en muchos ámbitos por debajo de las dos personas.

Por lo tanto, por mucho que se insista Ezker Abertzalea, no existen soluciones mágicas al problema de la vivienda que acucia aún a tantas personas. Y estamos convencidos de que la propuesta de Ezker Batua es la que mejor se adapta al futuro predecible de la sociedad vasca, de modo que conseguiremos que la totalidad de la población vasca pueda seguir habitando en Euskadi, mediante la ocupación con un número mayor de viviendas de superficie media más reducida que la actual en los mismos espacios edificables. Pero es que, además, en la última parte de las negociaciones, que han llevado al acuerdo con el PSE, hemos conseguido introducir elementos muy significativos desde una perspectiva de izquierdas como la dotación obligatoria de suelo para la construcción de apartamentos transitorios y sociales, equiparables a las viviendas sociales.

Esta medida va a permitir que Euskadi se posicione de nuevo en la vanguardia del Estado, acercándose a las políticas europeas en esta materia. Resulta sorprendente, cuando menos, que Ezker Abertzalea minimice el impacto de esta medida cuando saben que esa inyección de un 10% a la producción de viviendas sociales, añadida a la que ya viene desarrollando el Gobierno Vasco, va a suponer un salto enorme en la oferta de este tipo de viviendas que tanto EB como Ezker Abertzalea reclamamos. Calificar de «política de alquiler marginal y testimonial» el que en una ampliación de un plan general de 20.000 viviendas, como la prevista en Donostia, un 75% puedan ser viviendas de precio limitado, y entre ellas un 10% o 15% viviendas sociales en alquiler, y otras 2.000 puedan ser apartamentos transitorios y sociales en alquiler, nos parece poco riguroso.

Y lo que tampoco aceptamos es que se tache a esta ley de favorecer la especulación. Ezker Abertzalea sabe que eso no es cierto. Sabe que la introducción de las figuras del agente urbanizador y del agente edificador, o la limitación a un plazo de seis meses en la aplicación del sistema de concertación, tienen una potencialidad enorme en la recuperación para la ciudadanía del control del desarrollo urbanístico que en este momento ostentan los propietarios privados de suelo. Si en algo nos hemos empeñado desde Ezker Batua en la negociación de la ley ha sido precisamente en esto: en incorporar instrumentos facilitadores de la actuación pública y en limitar la intervención especuladora de la iniciativa privada. Y creemos sinceramente que lo hemos conseguido.

Esperamos que el resultado obtenido, fruto de ese esfuerzo de diálogo y acuerdo, anime a Ezker Abertzalea a sumarse al carro de las fuerzas progresistas en la segunda parte de este difícil partido, para que podamos hacer frente conjuntamente a esa ofensiva de los especuladores y fuerzas que les representan que, aunque han perdido un tiempo, no van a cejar en su empeño. Y que no se confundan de adversario. En esta cuestión estamos en el mismo barco. Animemos a todos los agentes sociales a mantener la firmeza en la defensa del texto acordado. -


 
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