«Hemos conseguido ganar cuando más difícil estaba»
BILBO
Clemente se felicitó por la victoria obtenida
por el Athletic después de haber jugado prácticamente todo el partido en
inferioridad numérica. «Ha sido tan agónico como los dos puntos que perdimos
contra el Villarreal. Hoy hemos conseguido ganar cuando estaba más difícil,
jugando con diez».
Además del resultado final, Clemente señaló haber visto
tres aspectos positivos en el partido de su equipo aunque no mencionó ninguno
sobre el juego del equipo. «Primero: tenemos el mejor público; segundo: tenemos
un equipo que está sintiendo la situación, y tercero: los jugadores físicamente
están fuertes. No se me ocurren más cosas positivas de hoy».
El entrenador rojiblanco quiso felicitar la «decisión»
que tuvieron tanto Iraola como Tiko para tirar un penalti en anteriores
situación parecidas de máxima presión habían fallado otros componentes del
equipo. «Es muy complicado tirar estos penaltis. Con toda la tensión que lleva
el partido, en el minuto 93 la portería no existe y el portero es muy grande»,
destacó el preparador de los rojiblancos.
El entrenador del Cádiz, Víctor Espárrago, por su parte,
señaló que los jugadores de su equipo llegaron «bastante afectados» al vestuario
por el gol recibido cuando tenían el empate casi conseguido.
«Estamos muy mal, pero como profesionales hay que
levantar la cabeza. El fútbol está siendo muy injusto con nosotros», lamentó el
técnico uruguayo, quien consideró que el 1-0 final «no es normal» después de
«haber controlado el partido sin problemas casi durante los noventa minutos. El
Athletic también trabajó mucho con diez jugadores y tampoco merecía perder, pero
los tres puntos son demasiados».
Espárrago reconoció que a su equipo le faltó «más
verticalidad» cuando dominó el partido, si bien admitió que el Athletic «se
cerró bien. Pero, de ahí a irnos de vacío dista mucho», concluyó.
APUNTES
200 partidos en Primera y cumpleaños de
Clemente
El entrenador rojiblanco celebró 200 partidos en Primera
con el Athletic y sus 56 años ayer. Pese al sufrimiento que tuvo que padecer,
Clemente recibió el regalo que había pedido el día anterior con la victoria de
su equipo.
Sesión de recuperación a partir de las
10.30
La primera plantilla rojiblanca entrenará hoy a puerta
abierta en las instalaciones de Lezama a partir de las 10.30. Como suele ser
habitual, los titulares tendrán una suave sesión de recuperación.
ATHLETIC 1
CADIZ 0
BILBO
Si no lo veo no lo creo. Lo ocurrido en los minutos de descuento del partido de ayer fue increíble, inexplicable y, sobre todo, de infarto. Un final no apto para cardíacos en el que el mayor protagonista de todo el partido no quiso perderse su minuto de gloria. Megía Dávila la lió en el día de los árbitros. No se sabe qué es lo que le pasaría por la cabeza, pero su actuación fue incomprensible durante todo el partido. Dejando a un lado el desastroso arbitraje, lo importante fue que el Athletic consiguió tres puntos muy valiosos y necesarios ante un rival directo en la lucha por la salvación como es el Cádiz. Y todo, cuando parecía imposible cosechar algo más que un misero empate a cero ya que los rojiblancos no pudieron reaccionar a las adversidades y a jugar casi todo el encuentro con uno menos.
Gracias a la milagrosa aparición de Julen Guerrero en el tiempo de descuento, la suerte que últimamente le estaba siendo esquiva le terminó sonriendo a los rojiblancos. El capitán se sacó de la chistera un gol olímpico, pero el colegiado no se percató o no quiso que había entrado antes de que Varela despejara el balón con la mano y señaló el punto de penalti.
Hace dos semanas Orbaiz falló y el navarro no estaba por la labor de coger de nuevo la responsabilidad y fue Iraola el que se atrevió. El de Usurbil, en un gesto que le honra, transformó su lanzamiento, pero a Megía Dávila no se le ocurrió nada mejor que hacerlo repetir alegando que algunos jugadores habían entrado en el área antes de tiempo.
Si era complicado ser el lanzador en la primera ocasión, en la segunda lo era aún más e Iraola no se atrevió a cargar con la responsabilidad. Entonces, fue Tiko el que se hizo con el balón y con frialdad marcó su lanzamiento. Todos los elogios para el navarro se quedan en poco al tener el valor de tirar ese penalti que nadie quería. Esperemos que esta actuación sirva para que a partir de ahora, algunos que se dedican a pitarle durante todo el partido, le reconozcan su valor.
El partido de ayer fue malo a más no poder exceptuando el tiempo de descuento ninguno de los dos conjuntos realizó un lanzamiento entre los tres palos, con un Athletic incapaz e impotente y un Cádiz, que también demostró el por qué de su situación clasificatoria. Si bien es cierto que estos tres puntos sirven para coger un poco de aire, tanto cuerpo técnico como jugadores deberán de hacer autocrítica y tratar de mejorar en las jornadas que restan para salvar la categoría. Quitando el resultado final, el partido realizado no tuvo ningún aspecto positivo más.
El Athletic saltó al campo sin el mordiente necesario para intimidar al rival al inicio del partido, un error inexplicable dada la trascendencia de los puntos. La falta de ese arreón con el que suele empezar los encuentros provocó que los gaditanos se sintieran cómodos. Con un Orbaiz prácticamente desaparecido y bloqueado, los rojiblancos eran incapaces de poner en aprietos a los de Víctor Espárrago que se limitaban a esperar en su campo. Un lanzamiento de falta de Yeste fue el único acercamiento.
Si las cosas estaban difíciles, la expulsión de Amorebieta en el minuto 20 dejó totalmente descolocados a los bilbainos. La distinta vara de medir de los árbitros a algunos jugadores volvió a quedar en evidencia ya que las dos tarjetas fueron muy rigurosas. Al no tener mucho nombre en Primera, Amorebieta tuvo que abandonar el terreno de juego dejando a su equipo con once.
La decisión del colegiado levantó al público de sus asientos y el Cádiz continuó a lo suyo. Aunque por momentos controló la posesión del balón, tampoco quiso arriesgar demasiado y se limitó a intentar aprovechar alguna ocasión en las jugadas de estrategia. Los nervios comenzaron a aflorar en las jugadas a balón parado y propiciados por los errores propios, los rojiblancos a punto estuvieron de liarla ellos solos.
Pese a que tras el descanso parecía que el partido se podía animar un poco, el entusiasmo no duró mucho. Aduriz dispuso de una ocasión en un tiro desde fuera del área que se fue desviado y Urzaiz lo intentó en una jugada personal. El Cádiz también estiró sus líneas y apoyado en la habilidad de Estoyanoff, que dejó un par de detalles técnicos, y Lobos se hizo con el control del partido.
Ante la incapacidad manifiesta de los bilbainos para manejarse en inferioridad, Espárrago vio que su equipo tenía una inmejorable oportunidad para llevarse los tres puntos. Sin embargo, su mayor dominio del juego tampoco se tradujo en ocasiones y Fleurquín tuvo la mejor en un córner.
Cuando todo apuntaba a que el partido iba a terminar con empate a cero como mal menor, llegó la mencionada jugada que decidió el encuentro en el descuento. Guerrero que acababa de saltar al campo avisó primero con un remate flojo y en la segunda introdujo el balón en las redes en un saque de esquina. Varela lo sacó con la mano y el árbitro señaló el fatídico punto de penalti. Tiko marcó en el segundo intento y San Mamés se convirtió en una fiesta tras una tarde aburrida y que concluyó con un final que no aparecería ni en los mejores guiones de Hollywood.
M.A.
BILBOTras perderse el último mes de competición debido a una lesión, el navarro volvió ayer a jugar y se convirtió en el protagonista del encuentro al anotar el gol de la victoria.
«En un principio no sabía porque había mandado repetir el penalti. Ha sido un partido muy raro con las faltas y las expulsiones que ha habido y el mandar repetir el penalti. Nadie ha entendido lo que estaba haciendo el árbitro. Lo importante es la victoria y que ahora tenemos un poco más de tranquilidad. Tras lo sucedido en Sevilla necesitábamos ganar un partido y eso es lo importante. Tenemos que ir partido a a partido. Estamos vivos y con ganas de hacer muchas cosas», explicó Tiko.
Incidente final
Al finalizar el partido un niño saltó al campo, corrió hasta donde estaban los jugadores y Dañobeitia le dio su camiseta. Un guarda jurado que acudió a sacarle del terreno de juego le quitó la camiseta y se produjo un rifi rafe subido de tono entre algunos aficionados y miembros de seguridad que terminó cuando Dani apareció con una camiseta para el chaval.