La guerra sectaria ahoga en sangre a la población chiíta de la capital iraquí
Seis coches-bomba, seguidos por ataques de mortero, sacudieron los mercados del barrio Al-Sadr, ciudad chiíta dentro de la capital iraquí. La cifra de muertos se acercaba a última hora al medio centenar. Un episodio más del descenso del Irak ocupado al infierno de una guerra civil entre chiítas y sunitas.
BAGDAD
Fuentes médicas ofrecieron un balance provisional de 46 personas muertas y 204 heridas.Las explosiones se registraron poco antes del anochecer en el barrio Al-Sadr, una ciudad dentro de la capital donde viven dos millones de personas, la mayoría chiítas. Dos de los coches bomba explotaron en el mercado Al Ula, y el tercero, pocos minutos después, lo hizo en otro mercado llamado Al Kayara. Simultáneamente,varios proyectiles de mortero cayeron en las cercanías de los mercados, en ese momento abarrotados de gente, muchos de ellos vendedores ambulantes que instalan sus escasos bienes en pequeños tenderetes en el suelo. Un cuarto vehículo estalló en el mercado de Adajel, mientras que el quinto y el sexto explotaron en el mercado de Maridi. La Policía aseguró haber desactivado un séptimo coche bomba, también en este caso en un mercado, conocido con el nombre de Chaab, igualmente en la misma barriada chiíta, feudo del líder contrario a la ocupación Moqtada al-Sadr. La Policía aseguró que dos de los coches-bomba explotaron por control remoto. La gente, indignada, daba patadas a la cabeza de un supuesto kamikaze, de origen africano, que yacía junto a su cuerpo sin vida en el mercado Al Ula. Fuentes hospitalarias aseguraron que el número de muertos podría continuar aumentando ya que los residentes continuaban entrada la noche acercándose a los coches y tiendas en llamas para rescatar cadáveres de su interior. Numerosas tiendas quedaron totalmente destrozadas dada la magnitud de la explosión. Asimismo, gran parte de la zona seguía en llamas.
Aumentan las críticas internas en EEUU
WASHINGTON Las recientes declaraciones del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en el sentido de que serían los iraquíes los que deberían cargar con una eventual guerra civil, no han servido para frenar el creciente nerviosismo de la población estadounidense y le han valido duras críticas. «Las fuerzas iraquíes son incapaces de prevenir una guerra civil. Si llegase el caso, éstas se dividirían, porque los propios soldados son en muchas ocasiones parte de las milicias», recordó Joseph Cirincione, del centro de estudios Carnegie Endowment for International Peace. Cirincione va más allá y señala que la situación en Irak es «un desastre que puede pasar a la historia como una de las mayores meteduras de pata en la historia de la estrategia, mucho peor incluso que la de Vietnam». Las últimas encuestas de la consultora revelan que el 70% de los estadounidenses cree que su país «va por el mal camino» en Irak, seis puntos más que en febrero. Cuatro de cada cinco piensan que habrá una la guerra civil en el país árabe, entre ellos el 70% de los votantes republicanos.
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