KABUL
Dos kamikazes a bordo de un vehículo matriculado en la provincia sureña de Kandahar y cargado de explosivos se inmolaron en Kabul al paso del todoterreno 4X4 que transportaba al actual presidente del Senado del Afganistán ocupado, Segbatullah Modjadeddi.La explosión dejó un saldo de dos civiles muertos, un anciano y una joven, que pasaban por el lugar, y tres heridos, entre ellos el propio Modjadeddi, que sufrió heridas en las manos.
El atentado-suicida tuvo lugar cerca de la sede de la Comisión Gubernamental para la Reconciliación, institución que intenta lograr la rendición de los combatientes talibán y que preside el propio Modjadeddi.
Modjadeddi es una de las figuras históricas de la lucha de los mujahidin contra los ocupantes soviéticos en los años ochenta. Llegó a presidir Afganistán en un breve periodo tras la caída de los comunistas sostenidos por Moscú hasta 1992.
El presidente del régimen colaboracionista de Kabul, Hamid Karzai, se vio obligado a convocar una rueda de prensa para denunciar el ataque. Karzai, que en su día trabajó a las órdenes de Modjadeddi, señaló que «en los 30 últimos años, Afganistán ha sido destruido por extranjeros (...) y no hay duda alguna de que este ataque ha sido llevado a cabo por extranjeros enemigos de Afganistán».
El propio Modjadeddi fue más allá y acusó directamente a los servicios secretos paquistaníes. «Todo el mundo lo sabe. Los paquistaníes nos causan problemas. Dios nos protege y nos dará fuerzas para creárselos a ellos», añadió. Modjadeddi acusó hace meses a Pakistán de sostener a los talibán.
Cuatro bajas estadounidenses
El Pentágono confirmó la muerte de cuatro soldados en un ataque guerrillero en el valle de Pech, en la provincia de Kunar, este de Afganistán.Más al sur, en la provincia de Helmand, cinco policías colaboracionistas han muerto en las últimas horas en ataques de la guerrilla talibán.
Cuatro albaneses y cuatro afganos, que trabajaban para una empresa alemana, fueron secuestrados ayer por los talibán.