La compraventa de agua a granel despunta ya como gran negocio
GASTEIZ
La empresa Exportación Agua Alaska llegó a hacer una propuesta para transportar glaciares de Alaska a Arabia Saudí. ¿Asombroso? Sí, pero cierto. Son los que la activista canadiense Maude Marlow, coautora del libro ‘‘Oro azul’’, llama «bucaneros del agua», que, según cuenta, «tienen la vista puesta también en la exportación del agua a granel mediante mecanismos de desvío, por gaseoductos y oleoductos, y mediante enormes petroleros».Canadá y Alaska son ricos en agua dulce. Allí, las propuestas de empresas a las autoridades locales para exportar agua a granel en grandes buques son una constante en los últimos años. Este 2006 se anunciaba como un año clave para el nacimiento del Tratado Mundial sobre la Exportación del Agua, que veinticinco países con sobradas reservas de agua están dispuestos a firmar. La OPEP del agua, como ya se define. Grandes petroleros ya transportan agua a destinos como Japón, Corea o Taiwan. Israel se la compra a Turquía, país que también la vende a Egipto, Chipre o Malta. Varias empresas en el mundo entero ya desarrollan tecnologías que les permitan cargar enormes cantidades de agua dulce en grandes sacos herméticos que se remolcarán a través de los mares. La compañía de aguas Nordic Water de Oslo firmó en su día un contrato para la entrega de siete millones de metros cúbicos de agua al año en bolsas al norte de Chipre. Negocios entre países e intereses privados. La multinacional suiza Corporación Nestlé, propietaria de 68 compañías de agua embotellada en todo el mundo, extrae agua del Lago Michigan en los Estados Unidos, con una ganancia de alrededor de 1,8 millones de dólares cada día. El 65% del agua abandona la zona en grandes vagones para ser vendida en otros lugares. Son proyectos que han salido adelante, porque muchos otros se han aparcado debido a las repercusiones públicas y el rechazo social despertado.
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