Pedro HORRILLO | Rabobank
«En Roubaix quiero llegar entre los diez mejores»
El ermuarra Pedro Horrillo es un ciclista respetado en el pelotón, más cuando se trata de afrontar y disputar las grandes clásicas del pavé. Su físico es apropiado y es un amante de estas carreras, especialmente de la París-Roubaix. Con los años, se ha ganado un prestigio, primero en elQuick Step y ahora en el Rabobank.De hecho, a sus 31 años va a disputar el calendario completo de grandes clásicas. «Mi temporada comienza ahora», anuncia optimista. Sobre sus expectativas, le entrevistamos en Iurreta, poco antes de salir a entrenar.
Astarloa escapado por delante y usted
tirando por detrás en la Milan-San Remo. Ermua, de nuevo, protagonista Sabía que Igor estaba por delante, pero en ese momento
ni lo piensas porque me debo a mi equipo. Habíamos planteado una estrategia y en
ese momento me tocaba a mí trabajar.
¿Qué calendario va a disputar a partir de
ahora? Harelbeke y Brabancona este fin de semana, Flandes, Gante-Wevelgem y Roubaix. Este año disputa todas las grandes
clásicas, tiene que estar muy satisfecho
Sí, este año me toca todo. Por ejemplo el Tour de Flandes es una carrera que he hecho pocas veces. El punto de forma me está llegando en el momento idóneo y en el equipo tienen confianza en mí.
¿Cómo va a plantear el Rabobank Flandes y Roubaix?
En Roubaix, Flecha es la punta de lanza, y Wauters y yo tenemos que tratar de estar delante con él y, en el caso de poder, jugar nuestra baza. Y en Flandes están Dekker y Flecha, y yo espero estar en la parte decisiva.
Personalmente, ¿con qué objetivos afronta
las próximas carreras? Me lo planteo como el mes más importante de la
temporada. También hay que tener en cuenta que este año termino contrato y es un
aliciente para hacer las cosas bien. Considero que mi temporada empezó con la
Het-Volk y la Kuurne. Aparte de colaborar en la parte del trabajo del equipo que
me corresponda, espero también tener algún resultado propio.
¿Cuál es su máxima aspiración?
Si salen las cosas bien y tengo suerte, en la Roubaix aspiro a hacer un buen puesto. El año pasado fui el 19º, pero tuve un pinchazo en mal momento. Este año un objetivo sería llegar entre los diez mejores y todo lo que no sea entrar entre los quince primeros no sería un buen resultado para mí.
«Los belgas saben los trucos y te cazan, pero con el tiempo aprendes»
U.I.
IURRETA Horrillo nos explica la temporada de clásicas de muros y, sobre todo, pavé, que comienza en febrero y que culmina con el Tour de Flandes y la París-Roubaix. Hay, sin embargo, una docena más de pruebas de prestigio. «Todas son por la zona», explica Horrillo. «Estudias los cruces, las rotondas, los carril-bici, en qué dirección pega el vientoŠ. Esos trucos los belgas lo saben y tú al principio igual estás perdido y te cazan, pero con la experiencia aprendes». Het-Volk (25 febrero) y Kuurne-Bruselas-Kuurne (26 febrero). «Sirven para meterte en situación; conocer los recorridos, estudiar a los rivales y los movimientos de los equipos. La Het-Volk es más importante, es la primera gran clásica. Y la Kuurne es un poco el premio de consolación. La Het-Volk es como un Tour de Flandes en pequeño». Vueltas. Tres Días Oeste Flandes (3-5 marzo) y Los Tres Días de la Panne (28-30 marzo). «Oeste Flandes es una carrera menor pero Los Tres de la Panne sí que es el gran ensayo para Flandes, a pesar de que muchos de los favoritos no la corran porque termina el viernes y Flandes es el domingo. Ahora bien, es básico correrla algún año». E3 Prijs Vlaanderen Harelbeke (25 marzo). «Bastante parecida a la Het-Volk. Al final no tiene tantas dificultades, y es más dada a ataques y escapadas. Es más una carrera táctica». Flecha Brabancona (26 marzo). «Es un poco un paréntesis porque no tiene nada que ver. Es un circuito selectivo, parecido a los que se hacen en los Mundiales. Atípica». Gante-Wevelgem (5 abril). «En los últimos 50 kilómetros no hay dificultades, influye más el viento». Tour de Flandes (2 abril). «Es la carrera más completa y hace justicia: los más fuertes siempre están ahí, no hay sorpresas». París-Roubaix (9 abril). «Conlleva el esfuerzo que impone el pavé, la dureza, la longitud, cómo se vive... Yo si me tengo que quedar con una, me quedaría con Roubaix, pero Flandes para los belgas tiene un componente emocional muy fuerte».
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