BILBO

Han pasado exactamente dos años desde entonces. ¿Qué se ha conseguido en este tiempo? Por lo pronto, una concienciación que parece haber calado en la Administración. Pero poco más.

El sector de las artes escénicas, en todas sus variedades, no ha cesado de pelear por una reivindicación que se considera imprescindible para ejercer dignamente la profesión. «Estamos más unidos que nunca», dice Algis Arlauskas, director de la escuela Artebi. El es uno de los integrantes de la plataforma que trabaja desde hace tiempo por la oficialidad de los estudios de Arte Dramático, plataforma en la que están representados todos los sectores, desde los actores hasta los técnicos, pasando por los escritores, directores y productores. «El ambiente está caldeado. Los políticos ya se han dado cuenta de que no pueden pasar por encima de este tema. Todo el sector de las artes escénicas está concienciado de que ahora ya hay que exigir que se tomen decisiones», añade Arlauskas.

Reuniones

Mientras tanto, en la UPV también se están dando movimientos. Aunque de momento no se contempla la instauración de una carrera universitaria, se sigue con la política de postgrados iniciada hace unos años, pero reforzándolos y ampliándolos en duración y contenidos. De hecho, fuentes de la plataforma dan casi por segura la oferta de un postgrado europeo de Artes Escénicas, a celebrar en el curso 2007-2008, dirigido a licenciados o titulados, y que tendrá unos contenidos muy completos. Para muchos, sin embargo, esto es como empezar la casa por la ventana: «¿para qué queremos un postgrado si todavía no tenemos el grado?», se preguntan. En todo caso, el sector que promueve estos estudios en la UPV tiene interés en que éstos no se limiten al Arte Dramático, sino que incluyan todas las artes escénicas, abarcando la danza e incluso los géneros musicales.

El vicerrector del Campus de Bizkaia, Iñaki Goirizelaia, recuerda que la UPV no puede ofertar un grado de Artes Escénicas porque esta carrera no se contempla en el Mapa de Titulaciones, cuya elaboración corresponde a Madrid. «La Universidad está reestructurando sus ofertas académicas para adaptarse al espacio europeo y a la Declaración de Bolonia. Pero mientras no se incluya este grado en el Mapa de Titulaciones, lo único que podemos hacer nosotros es trabajar en los postgrados».

Goirizelaia cree que se impone un acuerdo a tres bandas entre los departamentos de Educación, Cultura y la propia Universidad para la formación básica, pero añade que los cursos de postgrado tienen otra función no menos importante. «Apostamos por las artes escénicas entre las actuaciones estratégicas a llevar a cabo por el Campus de Bizkaia, porque consideramos que es imprescindible el impulso a la investigación en este campo».

Según los cálculos de la Unión de Actores, cada año más de un centenar de jóvenes vascos se matriculan en los centros reglados de Arte Dramático de Madrid y Barcelona. La RESAD y el Institut del Teatre de Catalunya ofrecen unos estudios de cuatro años de duración con una titulación oficial. También en Andalucía y Galicia se ofertan estudios homologados desde hace unos años.

Privados o con apoyo público, todos los centros que funcionan en Hego Euskal Herria carecen de rango oficial: se rigen con planes de estudios particulares y no tienen facultad para emitir un título oficial. De esta forma, cuando los alumnos acaban los estudios en estos centros, no cuentan con ningún título ni reconocimiento válido. Podrán encontrar trabajo en la profesión si demuestran su valía y tienen suerte, pero no podrán, por ejemplo, ejercer la docencia en la Enseñanza Media.

La ausencia de unos estudios reglados afecta a todos los sectores. Los actores se quejan de que trabajan «a ciegas» y los productores de que, hoy por hoy, no está demarcado «quién es profesional y quién amateur». Las empresas del audiovisual también están interesadas en el asunto, pues, con un centro superior, tendrían un lugar al que acudir en busca de profesionales. «Un centro oficial y superior ayudaría a crear público e industria», coinciden en señalar desde varios sectores.

La creación de una Escuela Superior de Artes Escénicas ya aparece como algo «urgente» en el Plan Vasco de la Cultura auspiciado por el Gobierno de Lakua y en cuya elaboración colaboraron numerosos colectivos sociales y culturales y expertos en las diferentes materias. En los últimos años, esta reivindicación ha estado presente en todos los foros y encuentros celebrados por la profesión.

El pasado mes de diciembre, la OSAAEE, organización que agrupa a sindicatos de actores y actrices del Estado español, entre ellos Euskal Aktoreen Batasuna, celebró en Donostia sus III Jornadas de Reflexión. Estas se convirtieron en una nueva ocasión para reivindicar la creación de una Escuela Superior de Artes Escénicas de Euskal Herria. «Existe una demanda insatisfecha por parte de las autoridades ­declaró entonces Vicky Peña, presidenta de la OSAAEE­, lo que obliga a quienes quieren estudiar Artes Escénicas a salir fuera del país, con lo que ello supone no sólo de quebranto para ellos y sus familias, sino para que se puedan crear aquí públicos, dinámicas y, en general, industria teatral». En este congreso se insistió, además, en que no vale con establecer una enseñanza superior, sino que hay que hacerlo «con calidad». Así, se denunció que, salvo el caso de Madrid y Barcelona, muchos centros oficiales del Estado español presentan numerosas carencias y presupuestos irrisorios, lo que refleja la escasa importancia que se otorga muchas veces a esta profesión.

Por otro lado, la Federación Estatal de Asociaciones de Alumnos de Centros Superiores de Enseñanzas Artísticas presentó en su día una serie de enmiendas a la Ley Orgánica de Educación, que actualmente tramita el Gobierno del PSOE, para que se introduzca la asignatura de Teatro en la enseñanza secundaria, así como para que se cree un bachillerato orientado a las Artes Escénicas, algo que ya está contemplado en la LOGSE.