BILBO
La Asamblea General Ordinaria de la Federación Vasca (FVC), celebrada ayer en Abadiño, finalizó sin la presencia del colectivo guipuzcoano que abandonó la sala por su desacuerdo con el desarrollo de la reunión. Los puntos calientes del orden del día eran la aprobación de las cuentas 2005 y de los presupuestos 2006.El primero no se aprobó pero el segundo sí, tras una votación polémica.
El ambiente era tenso desde el inicio, dadas las públicas diferencias entre Iñaki Iglesias, presidente de la FVC, e Iñaki Arrieta, de la Guipuzcoana.En total, asistieron 92 asambleístas, 42 de Gipuzkoa, 37 de Bizkaia y 13 de Araba.
La aprobación de las cuentas 2005 llevó a las primeras discusiones. La FVC advirtió de que se ha puesto en marcha un sistema de contabilidad nuevo y que la secretaria encargada se encuentra de baja, pero que los números reflejaban la realidad de los ingresos y los gastos. Gipuzkoa se quejó de la poca claridad y su presentación.
En la votación, 48 votaron en contra, 44 a favor y hubo un voto blanco. Es decir, 93 votos cuando los asambleístas eran 92. Pese a todo, Iglesias aceptó su derrota, si bien adelantó que si los presupuestos tampoco salían adelante, la Federación podría quedar bloqueada.
Doble votación
En cualquier caso, se procedió a votar, con el resultado de44 en contra, 43 a favor y tres blancos. Un total de 90 cuando los asambleístas presentes eran 89 se habían marchado tres. Como la diferencia era mínima, Iglesias optó por repetir la votación a lo que Gipuzkoa se opuso categóricamente.
Iglesias mantuvo su postura, por lo que Gipuzkoa, con Arrieta a la cabeza, decidió marcharse.En segunda votación, los presupuestos se aprobaron por 37 votos a favor y cinco en contra.El resto de puntos también se aprobaron reglamentos de los torneos y Comité de Disciplina y no se discutieron las licencias o el Colegio de jueces-árbitros.El enfrentamiento se ha enquistado aún más y la situación es insostenible.