Carta abierta a iñaki Gerenabarrena
No nos conocemos, pero teniendo en cuenta que nuestros derechos civiles y políticos dependen de lo que tú hagas hemos decidido escribirte esta carta. Cuando en mayo de 2003, con el 23% de los votos de Urkabustaiz, los dos concejales que nos correspondían fueron ocupados por el PNV, aquello nos resultó incomprensible. Era Aznar y su Ley de Partidos, el pucherazo electoral, el comienzo del apartheid. ¿Pero cómo podía el PNV ocupar unas concejalías si los vecinos habían elegido Urkaber? Y durante tres años esa pregunta se ha repetido, pleno tras pleno, mientras reivindicábamos derechos y continuábamos trabajando por el pueblo.
Tres largos años. Hasta que el pasado 30 de marzo los dos concejales de PNV que ocupaban nuestras concejalías presentaron su dimisión, y el resto de los integrantes de la lista su compromiso para renunciar y posibilitar la aplicación del artículo 182.2 de la LOREG. Ahora, con un solo trámite, dos representantes de Urkaber pueden ser nombrados concejales a todos los efectos, y el 23% de los vecinos de Urkabustaiz recuperar en parte sus derechos civiles y políticos. Un simple trámite administrativo que tú, como presidente del ABB, impides. ¿Por qué?
Leímos la nota en la que el mismo ABB decía estar en contra de la Ley de Partidos y se mostraba partidario de aplicar todos los mecanismos legales existentes para superar el hurto de representación. Son palabras del ABB. Ahora tenéis la oportunidad de cumplirlas. Es sencillo, basta con aplicar un artículo de una ley y en Urkabustaiz se respetará la voluntad popular.
Ya no hay excusas. ¿Qué decisión va a tomar el ABB? Puede tomar la decisión que le pide el pueblo, la que le piden sus propios representantes en Urkabustaiz. Puede permitir que la aportación que desde Urkabustaiz se hace al momento que vivimos fructifique. O puede negar la realidad, enfrentarse a su propia base social y cerrar la puerta a las soluciones. Esa es su responsabilidad. Puede que nosotros terminemos esta legislatura sin un reconocimiento legal, pero nos reconoce el pueblo, el mismo que nos legitimó con sus votos, el mismo por el que seguimos trabajando.
Hoy, nuestros derechos civiles y políticos dependen de una decisión tuya, Iñaki. Pero no olvides que la última decisión siempre le corresponde al pueblo, y el pueblo de Urkabustaiz ya la ha tomado.
Rufino Santocildes, Gustavo Barron, Aintzina Enbeita, Iosu Villamor, Arantza Izarra Representantes de Urkaber (Izarra-Urkabustaiz)
Ecofuel at gure herritik
Antza denez, arabar herri txiki honetako biztanleek argi eta garbi utzi dute lau urtez behin hautestontzie-tara hurbiltzea nahikoa ez dela eta lau urte horietan hartzen diren erabaki guztiak ez dituztela demokrazia ordezkatzaileen eskuetan utzi nahi.
Lautada Bizirik plataformak lan handia egin ondoren herria ez da atzera geratu (manifestazio jende- tsua, 4.000 eta koska sinadura...), eta kosk egin dio gure agintarien harropuzkeriari Ecofueleko asmo kaltegarria geldiaraziz. Zorionak.
Zorionak! Erabakia hartzeko subjektuak herritarrok garela agerian utzi dezuelako.
Zorionak! Zuen mobilizazioa auzi honetan erabakigarria izan delako.
Zorionak! Herrian, non emakume eta gizon, prozesu parte hartzaile bat irekitzea lortu duzuelako.
Zorionak!.. Herriak baitu hitza eta erabakia.
Goikoetxea jauna, Ecofuel proiektuaren arduraduna zu izanik, entzun herriaren ahotsa eta era- bakia. Ospa hemendik, ez ekarri Lautadara zure kutsadura nazkagarria. At gure herritik!
Mikel Txapartegi - Lautada Bizirik plataformaren izenean (Araia)
La paz no puede esperar
La política vasca es un maldito bodegón. Entre la mesa de diálogo multipartito y el marco jurídico en cuestión, asistimos atónitos al desencuentro permanente entre partidos: cuadro de naturaleza muerta con mesa de roble, figuras decorativas y exuberante jarrón. La imagen de un frutero de cartón piedra donde el tiempo se detiene frente a la realidad de un sueño prohibido. La paz tiene poderosos enemigos aquí y en otras partes del mundo. La guerra es un negocio en Colombia, en Sahara y en Irak. La paz en Euskal Herria no puede esperar. La sociedad vasca tiene la última palabra y ningún partido la debería retrasar. Hablemos de territorialidad, del sujeto de consulta y del respeto a su voluntad. La paz no tiene precio político, pero la política puede ayudar. La paz es el marco de convivencia elegido por un pueblo que desea vivir en libertad.
Rosamari Pérez García - Ondarroa
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