Un invierno, casi tan frío como el de 2005
No habremos tiritado tanto como en el invierno de 2005, pero la estación invernal que acabamos de dejar atrás se ha mostrado casi tan fría en términos generales como su precedente. Y eso que el de 2005 fue el más gélido de los últimos veinte años. La diferencia es que, esta vez, las que han estado especialmente bajas no han sido las temperaturas mínimas sino las máximas y es que este invierno, si se ha caracterizado por algo, es porque hemos llegado a la primavera sin que apenas nuestra piel haya cogido un poco de tono moreno. El sol ha brillado, estos meses, por su ausencia.
GASTEIZ
El invierno climatológico se diferencia del astronómico por la única razón de que las climatologías se hacen mensualmente y no se pueden adaptar a meses sin terminar. De ahí que haya hecho falta que el invierno terminara no el día 21 de marzo sino el 31, para que los meteorológos dispusieran de estadísti- cas cerradas sobre la estación que hemos dejado atrás. Una estación que, aunque con menos olas de frío que las ya olvidadas de 2005, ha resultado casi tan fría como aquélla. No hay que olvidar que el de 2005 fue el invierno más gélido en nuestro entorno desde los años 1983 y 84. Y éste que acabamos de pasar no se diferencia mucho, a tenor del balance de datos.El hecho es que ha habido muy pocos espacios de buen tiempo entre diciembre y marzo.La diferencia esencial con el anterior invierno es que, mientras en aquél las temperaturas mínimas fueron realmente bajas, esta vez las que apenas han ganado grados han sido las medias de las temperaturas máximas, sobre todo en Igeldo. Por ejemplo, en Igeldo la temperatura media de las máximas en enero ha sido de 8,8º, cuando la media es de 10,5º; en febrero ha sido de 9,0º, cuando la media es de 11,2º. Una de las principales razones de que ciertamente este invierno se nos haya hecho tan frío y, sobre todo, largo, han sido las pocas horas de sol despejado de nubes de las que nos hemos aprovechado. Estas han estado por debajo de lo normal. En Hondarribia han sido en estos cuatro meses 284 horas, cuando la media habitual son 328; y en Igeldo fueron 318 horas de sol frente a las 339 que se consideran normales. Ello ha hecho que en el aspecto termométrico, sobre todo en Gipuzkoa, la estación invernal haya sido más fría de lo habitual, mientras que en el pluviométrico la calificación, por ejemplo, en el observatorio del INM de Hondarribia haya sido de un invierno muy seco, mientras en Foronda hablemos de seco. Lo cierto es que si de frío tenemos que hablar, se ha sentido mucho más en la costa vasca que en el interior del país.Buena culpa de ello han tenido varios temporales procedentes del noroeste y del oeste, que hicieron bajar los termómetros en el litoral. Meses secos, fríos y que sólo en marzo nos ha dado un cierto respiro con una recuperación termométrica (24º en Iruña el día 26) e, incluso, de nuestras reservas hídricas. Similar balance del INM hace Mèteo France para Ipar Euskal Herria desde su observatorio de Biarritz. Su responsable, Daniel Laffitte, lo resume como un invierno en el que sobre todo «los meses de diciembre, enero y febrero fueron más fríos de lo normal, y no porque haya habido temperaturas muy bajas, sino porque el frío ha durado más de lo habitual». A pesar de que los días de nieve han sido más que otros años, el invierno se ha caracterizado por ser seco. «La falta de agua ha sido notable», apuntilla.
¿Cambio de ciclo?
Un invierno más frío de lo habitual, que se suma al también gélido del anterior. ¿Estamos ante un punto de inflexión? En opinión de Margarita Martín, directora del Centro Meteorológico de Igeldo, «hay ciclos climáticos de 22-25 años comprobados en esta parte del planeta. Al ciclo cálido de los 80 y los 90 le debería corresponder llegar a su fin. Pero hacen faltan más inviernos fríos para afirmar que este ciclo tiende a cambiar a frío. El dato del invierno de 2005 es para tener en cuenta, pero no es determinante».A juicio de esta experta del Instituto español de Meteorología, no podemos olvidarnos del calentamiento global acelerado de la Tierra en las últimas dos décadas, lo que «puede haber interferido en la marcha natural de los ciclos climáticos».
|