El núcleo urbano de Laudio rememoró, en la mañana de ayer, aquellos años en los que los animales campaban a sus anchas por cualquier rincón del pueblo y los productos del caserío eran los grandes y únicos protagonistas.

Fueron muchos los que, desde primera hora de la mañana, se acercaron hasta la céntrica Avenida de Zumalakarregi para disfrutar de la presencia de las mejores cabezas de ganado vacuno, equino, ovino o caprino de la zona de Aiara. Como viene siendo habitual en este tipo de ferias, los ganaderos aprovecharon la exposición para intentar cerrar alguna venta o atar contactos.

Los animales exóticos, que todos los años hacen acto de presencia en la concurrida feria de Viernes de Dolores de Laudio, causaron gran expectación, especialmente, entre los más pequeños. La gente se agolpaba para ver de cerca, llamas, canguros, liebres de la Patagonia, ovejas de Camerún o cerdos vietnamitas.

Cerca de éstos, una ternera de Laudio, que había sido asada en plena calle y que todavía estaba humeante, aguardaba a ser degustada. El olor, desde luego, hacia que uno, casi sin quererlo, se acercase a la cola. Los que tuvieron oportunidad de probarla se quedaron satisfechos. Su cara lo decía todo.

De todas formas, nada mejor que un buen trago de txakoli de la zona, por 0,75 euros, o un Rioja Alavesa, para ingerir mucho mejor este suculento pincho de carne. Todo aquel que lo desease tenía posibilidad, además, de llevarse a casa una botella del cada vez más conocido txakoli de Aiara por 5 euros. Las cajas salían a 15 euros.

Maquinaria agricola

El centro municipal de Formación Profesional, por su parte, volvió a instalar una carpa junto al Consistorio, en la que se podían observar los proyectos que han llevado a cabo en los últimos meses, así como su oferta educativa.

Los mejores productos de Euskal Herria se daban cita, mientras tanto, en la Herriko Plaza. Al ritmo de los panderos y trikitixas que hacía sonar un grupo de neskas y baserritarras, se podían adquirir, en las decenas de puestos instalados para la ocasión, lo habitual en un evento de estas características. Desde un buen queso Idiazabal por alrededor de diez euros o Gazta Zaharra a 15 euros el kilogramo, al típico pastel vasco que el año pasado se proclamó campeón.

Sin olvidarse, claro está, de las mejores conservas de la huerta navarra o de las morcillas y chorizos de la zona. Los artesanos se mostraron, en general, contentos con las ventas, al igual que los talogiles. Trabajaron a destajo para saciar las largas colas de espera.

Una concentración se encargó de que los presos también estuvieran presentes en la feria de Viernes de Dolores de Laudio, al tiempo que afiliados de LAB denunciaron la precariedad y reclamaron medidas para acabar con un «problema estructural». -