Juan BAS | Escritor
«Hay demasiada novela políticamente correcta»
Cuatro años después de escribir “Alacranes en su
tinta”, Juan Bas (Bilbao, 1959) recupera al protagonista de aquel esperpéntico
relato y lo traslada al Madrid gobernado por el PP. Se dice que “Voracidad”
(Ediciones B) es «Juan Bas en estado puro».
¿Cómo definiría «Voracidad»? Es una sátira social en tono de esperpento
contada a través de un humor muy negro, ácido y parece que eficaz por lo que me
dicen los que van leyendo la novela. Es también una historia de amistad entre
dos hombres dispares y la de una venganza desaforada.
Ha dicho que es su novela más salvaje. ¿En qué sentido? Es la más radical y provocadora. El retrato de
personajes secundarios y de su marco social es despiadado. Sitúo la novela en
2003, durante el gobierno de mayoría absoluta del PP. Evidentemente, ese fondo
político me ha dado materia para desarrollar una feroz crítica.
¿Por qué le interesa provocar?
No me interesa especialmente, depende de lo que quiera contar. En este caso, la historia lo pide. Creo que la literatura debe ser muchas veces provocadora y transgresora. Se publica demasiada novela políticamente correcta y light.
¿Qué le ha llevado a recuperar a un personaje de una novela anterior? La idea es hacer una trilogía, que llamaré
“Trilogía del Exceso”, que tendrá en común el protagonista, Pacho Murga, el tono
esperpéntico, el humor y los excesos, en distintos sentidos. El primer volumen
es “Alacranes en su tinta”, éste el segundo y el tercero está por escribir. No
obstante, “Voracidad” es una novela totalmente independiente, no una segunda
parte. Eso sí, a quienes gustó “Alacranes...”, creo que también les gustará
ésta.
¿En quién está inspirado Pacho Murga? En nadie concreto. Me gusta del personaje esa
mezcla de pijo snob y señorito venido a menos con su auténtico lado de
buscavidas amoral y superviviente nato.
Utiliza una estructura diferente a las anteriores novelas. Sí. Aquí el lector no descubre a dónde va la
historia, cuál es la historia en realidad, hasta el desenlace tipo crescendo de
ópera en el que todo encaja. Juego a mantener el interés y la intriga del lector
construyendo la historia como un rompecabezas acumulativo.
Ha cambiado el habitual escenario de Bilbo
por Madrid. Es para establecer un paralelismo con las novelas picarescas del siglo XVII. Mis buscavidas serían los pícaros del Siglo de Oro moviéndose por la corte de los milagros actual, demasiado parecida en sus bajezas y arribismos a la de entonces. A eso hace referencia en realidad el título, a la voracidad sin límite de políticos, hampones de la televisión y logreros varios. Los perfectos depredadores: voraz apetito y ningún escrúpulo. ¿En qué se parece la realidad a sus
ficciones?
En poco. La realidad es bastante más exagerada que los excesos de mis ficciones. Y menos verosímil. -
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