LAGUN ARO BILBAO 82
PAMESA
VALENCIA 70
BILBO
Nada podía fallar y nada falló. Sin que sirva de precedente, Lagun Aro Bilbao Basket salvó los muebles en la última empollada. Un sistema que puede resultar en momentos puntuales pero que pierde eficacia cuando se toma como sistema. De esta forma, los jugadores entrenados por Txus Vidorreta derrotaron al Pamesa Valencia por un contundente 82-70, sellando así su estancia en la ACB por una temporada más. Bilbao Basket será ACB un año más porque el calendario se ha aliado con su suerte, enfrentando a rivales directos y produciendo una combinación perversa que ponía en bandeja de plata su continuidad. Se queda porque La Casilla y su público, ése que en teoría no existe y no ha existido nunca hasta esta nueva andadura en la élite, ha respondido siempre y con creces, incluso cuando nadie lo reclamaba.
Si ha estado al borde del avismo ha sido por conformismo y exceso de confianza, por pensar que las cosas ya estaban hechas mucho antes de que éso ocurriese. Sólo el trabajo y el esfuerzo del bloque, que ha conseguido despertar a tiempo, ha evitado que ocurriese una catástrofe en puertas de la construcción de un nuevo pabellón y una inyección económica.
Nervios
Los nervios fueron los protagonistas de los primeros compases del choque. Mucha lucha, poco acierto y demasiado tembleque enturbiaron los primeros diez minutos de partido, en los que ni Lagun Aro ni Pamesa fueron capaces de despegarse del rival.El esfuerzo superaba al talento y de ello se aprovechó Frederic Weis para plantar un castillo en la zona y encarnar el miedo en las muñecas valencianas.
Tras el 14-13 del primer cuarto, las cosas no cambiaron excesivamente en el segundo acto. La igualdad y el miedo a perder eran más fuertes que los sistemas y la pizarra. Como consecuencia directa descanso se llegó con un triste y desangelado 33-32.
Tras el descansó el Pamesa asustó con dos triples consecutivos pero una técnica a Timinskas, culminó con una jugada de cinco puntos para los bilbainos que puso el 49-41 en el marcador. Ese fue el principio del fin del Pamesa. Lagun Aro se asentó y gracias al apoyo del público comenzó a creerselo cuando Rancik anotó el 63-53 a falta de siete minutos para el final.
A partir de ese instante, el partido se convirtió en un intercambio de canastas que aseguraba la permanencia y puntuaba extra en la vibrante celebración de La Casilla.
BILBO
El entrenador del Lagun Aro Bilbao Basket, Txus Vidorreta, se congratuló de que su equipo, con la victoria de ayer ante el Pamesa Valencia en La Casilla, lograse cumplir con los objetivos marcados a principio de temporada. «Hemos conseguido los objetivos marcados, el de lograr la permanencia y el de sumar una victoria más que el año pasado, aunque no el de no sufrir tanto», aseguró el técnico bilbaino.
La nota que da Vidorreta a su equipo por este curso es de «un aprobado», si bien cree que durante buena parte de la campaña se mereció «un notable alto».
«Le doy un aprobado que a mí me sabe muy bien. En las tres cuartas partes de la temporada estuvimos de notable alto, pero en los dos últimos meses, menos en los dos últimos partidos en La Casilla (las victorias vitales ante Leche Río Breogán y Pamesa), no hemos llegado ni al aprobado», explicó Vidorreta.