La IV Cumbre de la Unión Europea (UE) con los países de América Latina y del Caribe, celebrada en Viena, ha dejado bien claros los frentes entre ambos continentes y ha dado el pistoletazo de salida al siguiente round en la lucha por el dominio del gigantesco mercado de América Latina que están llevando a cabo la UE y EEUU a espaldas de los pueblos de América. El objetivo de este encuentro era fortalecer la «cooperación estratégica bi-regional». Como era de esperar, se firmaron una serie de acuerdos sobre derechos humanos, contra el «terrorismo» y las drogas para que la prensa pudiera anunciar un resultado positivo de esta reunión. De hecho, se notan más que nunca los frentes que separan europeos y americanos, sin olvidar las fisuras entre los estados de América Central y del Sur.

En la capital austríaca se podría haber asentada la base para una cooperación bicontinental, si las circunstancias hubieran sido otras. Las cosas como son, en Viena se hizo patente lo que les espera a los países americanos en el futuro inmediato.

En Viena se han visto frente a frente el modelo neoliberal de talante europeo y el nuevo modelo del socialismo del Siglo XXI. La distancia entre ambas ideas es tan grande como el ancho Atlántico que separa a los dos continentes, diferencia plasmada además por la aparición del presidente boliviano Evo Morales, que sigue sin someterse al dictado del traje de corte occidental. «Su presencia irritó a la canciller alemana Angela Merkel» dijo la TV germana en una brevísima información sobre la Cumbre. La cristiano-demócrata no entiende cómo su homólogo boliviano tiene el valor de nacionalizar la industria de hidrocarburos tan sólo 16 años después de «la victoria del capitalismo sobre el socialismo europeo».

He aquí el segundo problema entre la UE y América Latina: después de Cuba y Venezuela, es ahora Bolivia el tercer país que busca un camino propio hacia un futuro mejor, y para ello no es aplicable el neoliberalismo y sino métodos socialistas. En Viena, la UE ha conseguido en todo caso dejar mal a Chávez y Morales gracias a la desinformación de los grandes medios. La información sobre la cumbre alternativa ha sido generalmente escasa.

Bruselas intentará firmar acuerdos de libre comercio con aquellos países que controla. Adopta la misma política que EEUU. Tras el fracaso del Acuerdo de Libre Comercio (ALCA) en 2005, Washington optó por firmar tratados bilaterales, recientemente con Colombia y Perú. La UE quiere hacer lo mismo porque en Viena no logró, como era de esperar, reencauzar las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio con el Mercosur.

Ahora Bruselas se centra por un lado en los estados de América Central y por el otro en la Comunidad Andina de Naciones (CAN) a la cual pertenecen Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. Chávez anunció que se retirara de la CAN si Colombia y Perú ratifican el Tratado de Libre Comercio con EEUU. Con este organismo debilitado por su separación en un bando pro-neoliberal y otro defensor del ALBA, la UE tendrá bastante difícil lograr sus objetivos mercantiles. Para evitar que la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) no se expanda hacia Perú y otros países del continente, la UE recurrirá a la influencia que estados como Alemania pueden ejercer sobre países estratégicos como Argentina y Brasil, en los que su capital, industria y política están muy presentes.

He aquí el otro problema: la UE sigue pensando que para imponer su política bastaría controlar la élite del correspondiente país. El presidente peruano Alejandro Toledo anunció que negociaría «a dos velocidades» el Acuerdo de Asociación entre la UE y la CAN. A cambio Chávez propuso a la UE la idea de crear una institución «Petroeuroamérica» para llevar adelante la integración energética entre ambos continentes. La propuesta corresponde a su pensamiento geoestratégico pero cuenta con el problema de que en la UE no existe político alguno de su talante que comparte la misma visión de un mundo multipolar y justo.

De cara al futuro, tanto los gobiernos progresistas de América Latina como los movimientos aún en la oposición deberán estar atentos con lo que los europeos están haciendo en su país. -