EUSKADI 0
GALES 1
BILBO
La selección vasca cosechó anoche la segunda derrota consecutiva ante Gales, un equipo rocoso que planteó el partido a no perder y lo ganó gracias al gol de Ryan Giggs en un contragolpe. El horario y el día del partido no ayudaron y San Mamés no se vistió de gala como en anteriores ocasiones.Los jugadores de la selección vasca salieron muy motivados tras el pitido inicial y con ganas de agradar al poco público que se congregó en San Mamés. Las gradas ofrecieron un aspecto muy pobre en comparación con los llenos de los últimos tiempos. Aun así, el combinado tricolor no se amilanó y fue en busca del gol desde el principio. Intentando entrar por las dos bandas, Xabi Prieto y Edu Alonso crearon muchos problemas a sus marcadores, pero Gabilondo también buscaba el hueco por su lado. Ante el acoso de los vascos, Gales tuvo que recluirse en su campo a la espera de que Giggs consiguiera conectar con Earnshaw y Bellamy.
En esos minutos de claro dominio de la selección, Julen Guerrero dispuso de la mejor ocasión para marcar. Aprovechó un error de la defensa de los de Toshack y se plantó delante del portero. Consiguió regatear a Jones, pero en última instancia un zaguero galés sacó su remate cuando ya se cantaba el gol en las gradas.
Sin nervios y con la tranquilidad que otorga tener bajo control el partido, la selección disfrutaba moviendo el balón de un lado para otro, sin que Gales pudiera hacer mucho para detenerlos. Xabi Prieto y Patxi Puñal dejaron un par de detalles técnicos para que los aficionados gozaran con su calidad.
El navarro estaba bien acompañado por Mikel Alonso en la medular y no dejaban salir con el balón jugado a los galeses. Giggs tenía libertad de movimientos e iba de un lado para otro intentando entrar en juego. El jugador más emblemático de los dragones rojos, que ayer vestían de amarillo, era el único en su equipo que tenía las ideas claras.
Poco a poco, Euskadi comenzó a acusar el esfuerzo y se fue desinflando, mientras Gales demostraba que no había venido de vacaciones y a hacer de comparsa. Earnshaw y Gabbidon avisaron con sendos cabezazos, a una selección que parecía haber perdido fuelle.
Iván Campo debió ser expulsado por un agarrón a Bellamy cuando el delantero del Blackburn se iba solo hacia la portería. Pero para no dejar en inferioridad numérica a la tricolor, Iturralde le mostró la amarilla. Tras otro error defensivo, Lafuente salvó el 0-1 en dos ocasiones gracias a su buena respuesta a sendos lanzamientos de Earnshaw. La respuesta vasca fue muy tímida y llegó en una falta que lanzó Guerrero. La actitud del capitán de la selección es digna de elogio, ya que en todos los partidos lo da todo y volvió a mostrarse muy activo en ataque. Antes del descanso Etxeberria tuvo una buena oportunidad, pero tras regatear al portero se resbaló y no pudo rematar.
Querer y no poder
Como muestra de la seriedad con la que Toshack había preparado el partido, Gales siguió con los mismos jugadores en la reanudación mientras Euskadi realizó cuatro cambios. El ritmo también decayó de manera considerable y los amarillos salieron beneficiados con la falta de intensidad. Iribar y Etxarri apostaron por meter a Llorente al cuarto de hora del segundo tiempo para dar más mordiente al ataque y el equipo lo notó. Gales fue cediendo terreno a la espera de encontrar un contragolpe. Los jugadores de la tricolor se quedaron protestando una posible falta y Giggs, con su habitual maestría, condujo la pelota por todo el campo y resolvió con clase ante Riesgo.A partir de ahí fue un querer y no poder de Euskadi.
Llorente fue el más incisivo, pero sin poder concretar opciones claras por lo
que el marcador se quedó como estaba.
Urzaiz y Raúl García no pudieron
estar
El delantero navarro tuvo que jugar todo el partido el sábado y no pudo recuperarse del esfuerzo físico realizado. Clemente no le dio descanso en la segunda mitad y además, terminó el partido con algún golpe. El jugador de Osasuna, en cambio, no pudo asistir al partido debido a unos problemas familiares.
La pancarta cada vez más pequeña
Quizá fuera por la falta de tiempo, pero la pancarta con la que posaron los jugadores de la selección fue bastante más pequeña y menos reivindicativa que en ediciones anteriores.
