«Sin campesinos en el planeta, este mundo no tendrá porvenir»
BILBO
El encuentro, organizado por el CES Vasco a petición de uno de sus consejeros, Unzalu Salterain, entró en las raíces que están condenando a los agricultores a pasar miseria, porque son otros quienes fijan la política de precios y determinan cuáles son los cultivos a desarrollar y potenciar. José Bové, líder antiglobalización y de una organización campesina gala, denunció a las multinacionales por esta crítica situación que «padecen» los agricultores de todo el mundo, porque «esos mercados y políticas comerciales sólo atañen a un minoría, a pesar de que los agricultores somos el 53% de la población mundial». Reconoció que sólo veintiocho millones de agricultores tienen tractor, pero 250 millones más utilizan en el siglo XXI la tracción animal para realizar las tareas propias del campo y otros 1.300 millones lo hacen de forma manual. Bové denunció que «el modelo de desarrollo industrial, que tenemos no es compatible con los recursos del planeta. Necesitamos tres planetas más para mantener el nivel y ritmo de vida europeo y otros siete planetas más para seguir el ritmo de vida de Estados Unidos».
Destrucción acelerada
El líder antiglobalización señaló que «hay reglas económicas que favorecen y aceleran la destrucción de la agricultura» y acusó de forma directa a la Organización Mundial del Comercio (OMC) porque «desde que está en funcionamiento, estamos en situación de crisis». Aseguró que se ha exportado el modelo neoliberal a la agricultura con el pretexto de «abrir las fronteras para producir a precios bajos», lo que ha supuesto, precisamente, que «quienes se han beneficiado han sido las multinacionales, que son las auténticas transgresoras del comercio, apoyadas por Estados Unidos y la Unión Europea».A su juicio, «se debe avanzar en un modelo agrícola que sirva para alimentar a la gente allí donde vive y, desde luego, despreciar la lógica del mercado, porque es falso que aporte una ventaja comparativa. Eso es un engaño. Una estafa». José Bové criticó que «los precios agrícolas mundiales están por debajo de los costes de producción» porque las grandes potencias en el sector, como son Estados Unidos y la Unión Europea, «favorecen esa situación, que provoca la miseria para los países menos desarrollados». En este sentido, reclamó producir con calidad y en mercados locales, porque «el modelo de PAC no es modelo de porvenir» y solicitó que «sea la sociedad la que se implique en esta lucha por la calidad y defienda un modelo sostenible de producción, siempre en contra de los intereses que tienen las multinacionales, que sólo buscan el máximo beneficio económico y la esquilmación de nuestros recursos». En su opinión, «sin campesinos, no habrá provenir. Todos podemos ayudar», dijo.
Se piensa en la revisión de la PAC en 2008
J.B.
BILBO El presente y futuro de la Política Agraria Común (PAC) estuvo pesente en la jornada de debate. El jefe de la Unidad de Agricultura de la Comisión Europea, Nacereddine Sekri, señaló que el modelo actual es «estable», aunque advirtió de que la revisión es necesaria. De hecho, ya se piensa en la que se producirá en 2008. «Lo que está claro explicó Albert Massot, experto en temas agrícolas es que se debe perseguir la calidad en vez del productivismo» y citó, al igual que hicieron EHNE y el Gobierno de Lakua, la necesidad de aplicar la multifuncionalidad a las políticas agrarias. Sin embargo, esta pretensión choca con la caída de la financiación pública y el destino de las ayudas, que acaban en pocas manos, ya que el 6,46% de los agricultores percibe el 54,7% de ellas. «Hay suficiente dinero, pero está mal repartido», denuncian. Jean Baptiste Viallon, economista del centro borgoñés de Dijon, explicó el modelo que cada país de la UE ha adoptado para el reparto de ayudas agrícolas, pero alertó que «generan arbitrariedades».
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