Preocupante desaparición de explotaciones agrarias vascas
Los representantes de los agricultores vascos insisten en el difícil futuro que tienen con una pérdida de empleos y explotaciones agrarias debida a la reducción de renta. Reclaman una agricultura de calidad y respetuosa con el entorno natural, pero se quejan de las continuas agresiones que sufren, desde la especulación con la tierra al excesivo apoyo a la agroindustria. Llaman a la colaboración con el consumidor.
BILBO
Las perspectivas de los agricultores son pesimistas para un futuro inmediato, puesto que el sector primario se encuentra en manos de la agroindustria que, como en el resto de actividades productivas, está guiada sólo por intereses económicos. El Consejo Económico y Social Vasco (CES)organizó un debate amplio sobre «La política agraria en Euskal Herria», en el que se vio el papel desigual que juega la Administración, tanto la europea, que dirige el futuro de la Política Agraria Común, como la más próxima, el Gobierno de Lakua. En el encuentro participaron de forma activa representantes del sector, de la Administración y especialistas del medio rural.Antxon Lafont, presidente del CES Vasco, destacó el valor de la agricultura y la ganadería para el futuro, porque tiene «una importancia estratégica colosal», y avanzó en la necesidad de apostar por «un desarrollo sostenible», aunque lamentó que el peso de las multinacionales está «desequilibrando al sector, por su elevado poder y control». Dejó en el aire una idea sobre la necesidad de crear una cámara agraria en el ámbito de Euskal Herria, que fue aceptada por los presentes, aunque la división política y administrativa del territorio vasco supone, de momento, un handicap para llegar a acuerdos.
Divergencia
La principal conclusión de la jornada fue la constatación del distanciamiento existente entre el sector y el poder público. Aunque, en teoría, la Administración mantiene un discurso de defensa del sector pimario, en la práctica no actúa con medidas concretas y eficaces, como demandan los agricultores, para garantizar de futuro de la actividad agrícola y ganadera. Luis Javier Tellería, director de gabinete del Departamento de Agricultura del Ejecutivo de Gasteiz, reconoció tres déficits importantes del sector:«el envejecimiento» y, por lo tanto, la falta de rejuvenecimiento; «las presiones sobre el uso del suelo agrario», es decir, el aumento de la especulación y la pérdida de superficie cultivable, y «la falta de dinamismo empresarial». Para el representante de Lakua, ese diagnóstico pone de relieve la gravedad del problema al que se enfrenta la agricultura vasca, caracterizada por producir en condiciones saludables y ser respetuosa con el medio ambiente, porque «a partir de 2014 la reducción de ayudas oficiales será drástica».
Rentable y de mercado
Tellería explicó que el sector primario «debe ser capaz de ser rentable económicamente» y «su referente debe ser el mercado», argumento con el que coincidió Roberto Ruiz de Infante, de la Federación de Cooperativas Agrarias. En este tema, Anton Borja, economista y moderador en el debate, apuntó que «los gobiernos tienen la posibilidad de regular los mercados» y, a este respecto, citó como ejemplo que «el cierre de mataderos es una dejación institucional, que afecta al sector».Se trata, según Tellería, de lograr un incremento en el PIB del sector y anunció que el esfuerzo de Lakua se centrará en «potenciar el mayor dinamismo empresarial». Bajo esa perspectiva, enumeró una serie de planes para los próximos años. Ni el representante de EHNE y COAG, Andoni García, ni Mixel Berhokoirigoin, presidente de Euskal Herriko Laborantza Ganbara, aceptaron esa lógica neoliberal, porque como explicó Eduardo Malagón, responsable de evaluación sobre políticas de desarrollo rural de la UPV al año se está perdiendo una superficie de suelo agrario «equivalente a 700 campos de fútbol, es decir, lo que ocupan Bilbao y Renteria». Malagón señaló que es necesario «ofrecer pagos compensatorios que retribuyan a los agricultores por los servicios de mantenimiento del paisaje, la biodiversidad, el sostenimiento de los espacios naturales y la producción de calidad. Bajo esa perspectiva habría ayudas».
Crisis generalizada
Andoni García, de EHNE, indicó que el sector se encuentra «inmerso en una crisis generalizada» y denunció que «hay una pérdida constante de empleos y explotaciones agrarias, como consecuencia directa de la pérdida enorme de rentas, que está ahogando a los agricultores». Recordó que en 2005, los agricultores «hemos perdido un 5% de renta agraria, que en el Estado se sitúa en el 65% del PIB y en Euskal Herria, en el 70%». Señaló que los precios agrícolas «se encuentra por debajo de los costes de producción como ocurre con la leche, lo que hace inviable algunas explotaciones». El problema del suelo agrario también fue un elemento destacado, porque EHNE considera que «hay una pérdida, una especulación urbanística, forestal y de infraestructuras, como ocurre con el tren de alta velocidad, que aceleran la falta de futuro en el sector». Criticó la escasez de medidas favorecedoras de la incorporación de la mujer al sector y que desde la Administración se potencie la concentración de la producción, «lo que es igual a pérdida de explotaciones». Entre otras cuestiones, lamentó la gran diferencia entre lo que cobra un agricultor o ganadero por su producto y lo que tiene que pagar el consumidor.
«Necesitamos la soberanía alimentaria», según EHNE
J. BASTERRA
BILBO El sector agroganadero reconoce, según explicó el representante de EHNE, Andoni García, que está «bien situado» dentro de las exigencias de la sociedad y los consumidores vascos. Por lo que, atendiendo a esa posición de ventaja, explicó varias de las propuestas que el sector primario plantea. Entre ellas, reclamó un cambio en la política agraria comunitaria (PAC) y el rechazo a la Organización Mundial del Comercio (OMC), «que sólo favorecen a los grandes intereses de unos pocos, no a los agricultores y ganaderos». García destacó que «deberíamos obtener la soberanía alimentaria, de tal forma que los pueblos fuésemos quienes tuviésemos la capacidad de hacer nuestras políticas agrarias, sin depender de los intereses de unos pocos, siempre con un modelo de agricultura social ligada a la tierra, modelo que los agricultores vascos practicamos». En este caso, Mixel Berhokoirigoin, de ELB, aceptó también esos principios y adelantó que trabajan en proyectos comunes con agricultores de diferentes sectores, pero lamentó las trabas que les pone la Administración francesa, que «nos impide un reconocimiento directo en el sector». La conexión con el consumidor fue un debate planteado por Koldo Nabaskues, de la organización de consumidores EKA. Pidió a los agricultores que «conecten» con el consumidor y denunció que las grandes cadenas comerciales «están obteniendo elevados beneficios a consta del agricultor». La agricultura que potenciará el biodiésel
Las ayudas de la UE a la producción se irán reduciendo, pero la destinada a generar combustible biodiésel obtendrá apoyo, según confirmó el jefe de la Unidad de Agricultura de la CE, Nacereddine Sekri. El representante del Gobierno de Lakua, Luis Javier Tellería, destacó, en este caso, su oportunidad. «No es objetivo sustituir cultivos de alimentos por diésel», precisó. Andoni García, de EHNE, puso el ejemplo de la OMC del azúcar que ha situado los precios de la remolacha por debajo del coste de producción. «En Araba, 400 explotaciones desaparecerán o tendrán que producir para biocombustibles. Es una paradoja», manifestó. -
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