Jorratzen insta a la sociedad a articular el movimiento por la desmilitarización
La desmilitarización de Euskal Herria debe ser una de las diversas tareas a abordar en un proceso democrático. Así lo ha subraya también Jorratzen, que llama a la ciudadanía a conformar un movimiento para el fin de la presencia policial y militar española y francesa, y ha elaborado un protocolo de actuación que enviará a los ayuntamientos.
DONOSTIA
Jorratzen, el consorcio formado entre los consistorios que participan en Eudima la mancomunidad de los ayuntamientos insumisos de Euskal Herria subrayó ayer la necesidad de dar cuerpo a un amplio movimiento popular por la desmilitarización de Euskal Herria, máxime en la actual coyuntura política en que «parece que estamos a las puertas de iniciar un proceso democrático». Es por ello que emplaza a la sociedad vasca a articular ese movimiento, ya que, a su juicio, «es una tarea en la que los ciudadanos vascos tenemos mucho que decir y que hacer». El presidente de Jorratzen y electo de Elorrio, Niko Moreno, compareció ayer en Donostia junto al presidente de Eudima, Aritz Kortabitarte, y el representate de Jorratzen Pavel Viñas para dar cuenta de la reflexión que han realizado para resituar la iniciativa Jorratzen en el panorama político actual. Recordaron que se constituyó «a raíz de la militarización que padece Euskal Herria», y Moreno trajo a colación que éste debe ser también uno de los pilares a desarrollar en el proceso político, «emprendiendo un proceso de desmilitarización que sea irreversible». Es por ello que interpeló al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, y al presidente francés, Jacques Chirac, para que tomen compromisos para «dar fin a la situación de militarización» del país. Además, han elaborado un protocolo de actuación para hacer frente a los casos de ocupación militar que se vive en los municipios vascos. Prevén enviar a los 685 ayuntamientos del paísel citado decálogo. Y sobre esa base también pretenden organizar diferentes actos, junto con agentes sociales y políticos, para contrarrestar las maniobras militares «Guión» que cada otoño se realizan en Hego Euskal Herria.
Cómo proceder ante la ocupación militar
G.M.
DONOSTIA Jorratzen incidió en que detrás de los datos sobre la ocupación militar y policial de Euskal Herria se esconde la práctica diaria que estos desarrollan. Actuaciones como las maniobras militares o los controles policiales que, según denunciaron, se han incrementado en las últimas semanas. Con objeto de hacer frente a esos ejercicios «enojosos» y que «conculcan nuestros derechos», Jorratzen ha elaborado un decálogo de actuación que esperan hagan suyo los consistorios. Los ayuntamientos que adopten el protocolo de cómo actuar ante las ocupaciones militares o policiales han de adquirir unos compromisos. Entre ellos se encuentra el de no mantener ninguna relación con las fuerzas armadas y policiales, y que, en paralelo, sea prohibida «de facto» cualquier maniobra militar o policial que pre- tendan realizar en el municipio. Los firmantes deberían además de «emplear todos los recursos al alcance para responder» a esa ocupación, así como asistir a todos los ciudadanos perjudicados y colocar carteles informativos en todas las entradas de los pueblos. 27.500 efectivos suponen la mayor tasa de
presencia policial de Europa
G.M.
DONOSTIA Una breve radiografía sobre la militarización del país deja patente, tal y como señala Jorratzen, «el impulso y la intencionalidad política de la militarización de Euskal Herria». Según datos recabados por el consorcio, son cerca de 24.000 los efectivos de los aparatos policiales y militares español y francés o ligados a ellos. De forma más detallada, se da cuenta de más de 6.100 guardias civiles, 2.800 agentes de la Policía española, 8.000 ertzainas, 638 policías forales, más de 2.000 efectivos del Ejército español, unos 2.200 policías y soldados franceses, y en torno a 2.000 escoltas profesionales. Todo ello sigue convirtiendo a Euskal Herria en el país europeo con el mayor ratio de ocupación policial: 9,3 policías y soldados por cada mil habitantes, triplicando el ratio de 3 por mil recomendado por la ONU.
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