Raimundo Fitero
Los cuervos
No la van a dejar descansar en paz. Ni a su memoria, ni a su familia. Rocío Jurado ha sido desde hace muchos años un animal televisivo. La televisión todavía usaba el blanco y negro cuando apareció con un escote panorámico que le llegaba hasta donde la espalda pierde su santo nombre. Una cantante de raza, con mucha garra, que tuvo un repertorio muy popular y alguna de sus canciones fueron adoptadas como himnos por parte de la comunidad gay. Imitada por sus exuberancias, matrimonió con un campeón de boxeo y posteriormente con un torero. Pese a todo cuanto se cruzaba en su quehacer artístico, prevaleció su espíritu de lucha y su capacidad de cantante de fuste. Recordemos que no hace mucho la primera estatal le dedicó un programa especial en donde cantó con mucha bravura acompañada de otros grandes artistas. Fue su última gran aparición pública como cantante en periodo de rehabilitación tras una grave operación quirúrgica. Ese programa fue también, lamentablemente, motivo de disputa familiar y desafortunada participación de los carroñeros.Por culpa del cáncer televisivo que corroe toda la programación en los últimos años, se sabe más de su vida que de su arte. De los desvaríos de su familia, especialmente su hija y su primer marido, aquel picoleto que se hizo rico en la televisión por el hecho de su libro de familia. En su enfermedad y en los últimos momentos, algunos programas de algunos medios de comunicación se han convertido en unos cuervos de muy mal agüero. Programas especiales con una única obsesión: matarla. Perdón, acudir a los despojos para sacar tajada económica. Los programas del corazón llevan una semana aumentando audiencias. Es un hedor insoportable que llega desde todos los platós. Posiblemente la agonía les ha sido muy rentable, pero con el cadáver podrán dedicarse horas y horas a los actos más impúdicos. Los cuervos tienen un festín y veremos a los más pizpiretos en pantalla, pero los contables se pondrán eufóricos, las audiencias piden morbo y lo tendrán. No es que sea telebasura, es simplemente periodismo carroñero. No tienen ni una pizca de elegancia, ni respeto, ni decoro. Los cuervos mediáticos. -
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