El TSJPV y el oscilante Gobierno de Lakua
La actitud del Gobierno de Lakua ante el TSJPV ha oscilado entre la crítica a las decisiones que afectaban directamente al tripartito (aceptación del recurso de Manos Limpias contra el nuevo Estatuto o el “Caso Atutxa” son ejemplo de ello) y el halago a «nuestros jueces» en otros momentos, lo que incluye la concesión del premio Manuel de Irujo 2005 al anterior presidente, Manuel María Zorrilla. Ahora toca endurecer la crítica por la aceptación de la querella contra el lehendakari. Que en la misma actuación estén implicados Otegi, Barrena y Petrikorena no merece siquiera una mención del Ejecutivo. Al Gobierno autonómico no le faltan razones para la denuncia. Pero la cuestión es más de fondo. Por un lado están, como denuncia Lakua, la Ley de Partidos y otras aberraciones políticas y democráticas (que cabe recordar que el Departamento de Interior cumple y hace cumplir con exceso de celo). Pero, por otro, está también la aceptación durante décadas de un marco autonómico en el que las competencias de justicia se limitan a dotar de medios materiales a los tribunales españoles para aplicar la legislación española, que lo mismo hoy pretende sentar en el banquillo al lehendakari que ayer ante el silencio general condenó a un parlamentario por una intervención en la Cámara. -
Delitos y faltas en el atropello de Basurto
La decisión del Juzgado de Instrucción número 6 de Bilbo de no considerar delito el atropello con resultado de muerte de dos niños ocurrido en Basurto el 3 de enero de este año es, cuando menos polémica. Pero debería ser motivo de reflexión, sin olvidar, por supuesto, el dolor de la familia de los pequeños. No se trata de hacer bandera del castigo, pero tampoco se puede ignorar la responsabilidad de quien, aun no intencionadamente, actúa con gran imprudencia. Sin embargo, también son exigibles responsabilidades al Ayuntamiento, por mucho que tras el desgraciado accidente negara tenerlas, pues no es cuestión de la mayor o menor idoneidad de un semáforo, sino de cinco años de ignorar las peticiones de los vecinos. Por último, ese atropello, como tantos otros, es también consecuencia directa de la configuración de las ciudades, pensada para la movilidad... del tráfico rodado. -
Enterrar la memoria
Resulta significativa, aunque no nueva, la actitud de UPN y de CDN frente a la demanda de reposición de la estela en honor a Germán Rodríguez. Cuando se trata de debatir algo que no resulta de su agrado, niegan el debate y así pretenden zanjar el asunto, como si por obviarlo dejara de existir. La pérdida del joven iruñearra fue, es, irreparable, pero dichos partidos pretenden enterrar también su memoria «en dependencias municipales». Cabe preguntarse si acaso les resulta molesta. En cualquier caso, precisamente de que su memoria siga viva se han encargado durante largos años, y lo siguen haciendo, muchos ciuddanos. Las peñas, los colectivos sociales y políticos, todas las personas representativas que apoyaron la moción presentada ayer son una digna muestra del no al olvido. -
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