FRANCIA 0
SUIZA 0
IRUÑEA
La racanería bleu estuvo a punto de costarle un serio disgusto a los dirigidos por Raymond Domenech, si no se puede considerar como tal el que haya sido hasta ahora la única selección favorita que no se ha anotado la victoria. El entrenador francés volvió a dar una nueva muestra de su conservadurismo dejando en el banquillo a Trezeguet ni siquiera tuvo opción en los cambios y apostando sólo al final por dar entrada a algunas de sus piezas más ofensivas, como Saha y Dhorasoo.
Así, prefirió dotar de consistencia a su medio campo con hombre recuperadores Makelele y Vieira, dejando toda la responsabilidad constructora a un Zidane al que le queda escaso gas y a la revelación, Ribery, que mostró buenos detalles, pero que todavía no está capacitado para tirar del carro.
Henry se vio muy poco asistido en las tareas de ataque hasta Wiltord jugó más como centrocampista que delantero, aunque dejó algún destello de su calidad.
Un planteamiento tacaño más ajustado a las características de sus rivales ayer, los suizos, que, pese a acumular hombres en la retaguardia y medular, dispusieron de las ocasiones más claras del partido.
A los de Koebi Kuhn les bastó con mantener un estricto orden en el campo no en vano más de la mitad de los hombres alineados ayer juegan en una liga tan sobria como es la alemana para anular las escasas acometidas dirigidas por el atacante del Arsenal. Con esa base, los helvéticos trataron de aprovechar las jugadas de estrategia.
Y a punto estuvieron de conseguirlo en cada una de las faltas que botó Magnin. Una fue al poste sin que Frei aprovechara el rechace y el delantero del Rennes estuvo a punto de llegar en otra cuando ya se había cumplido el tiempo.