RIAD
EL Pentágono extirpó varios órganos vitales de los cadáveres de los tres prisioneros muertos recientemente en el campo de detención estadounidense de Guantánamo, en Cuba, lo que hará imposible la realización de autopsias independientes.
Además, los familiares de los tres prisioneros, «suicidados» según la versión oficial de los carceleros estadounidenses, aseguraron que los cuerpos presentan indicios de que fueron golpeados.
El saudí Talal Sahrani, padre del preso fallecido Yassir Sahrani, dijo al diario “Al Watan” que vio el cadáver de su hijo antes de que se le realizara la autopsia en Riad y descubrió hematomas en su cabeza. Añadió que eran golpes que podrían haber causado su muerte.
Mohammed Oteibi, tío del otro preso saudí fallecido, aseguró que descubrió en el cadáver de su sobrino Manea «manchas negras en los brazos» y hematomas en diversas partes del cuerpo, lo que podría significar que fue torturado.
Aseguró que los forenses estadounidenses le retiraron el corazón, el cerebro y otros órganos a su sobrino, «para que nadie pudiera averiguar la verdadera causa de la muerte».
No sólo los familiares de los dos muertos sauditas dudan de la versión del ejército estadounidense, que afirmó que éstos y un tercer preso yemenita se ahorcaron el pasado 10 de junio en el campo de prisioneros de Guantánamo.
Naguib Ghanem, ex ministro de Salud yemenita y miembro del partido islamita Islah, dijo al diario Al Sarq al Awsat que el cadáver de su hijo, que fue trasladado a su país natal, no está completo tras la autopsia realizada en EEUU, por lo que será difícil corroborar el motivo de su muerte mediante una nueva necropsia.
El saudita Sahrani señaló que por una cuestión de principios no puede aceptar el resultado de la autopsia del ejército estadounidense, dado que un acusado no puede realizar una investigación independiente. Su hijo fue llevado a Guantánamo cuando tenía 17 años.